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Opinión

Proyectos históricos de la dominación cultural (y educativa) en nuestra América y El Caribe

la patria naciendo de la ternura mural de Pavel eguelezla patria naciendo de la ternura mural de Pavel eguelez

Notas escritas para orientar nuestra conferencia en el III Congreso Internacional El Caribe que nos une, en Caracas el día 26 de mayo de 2016.

Este registro no constituye el texto de nuestra conferencia, son las bases de nuestra orientación ideológica y política para abordar el tema de los proyectos históricos de la dominación cultural en nuestra América y El Caribe, sus bases ideológicas y las alternativas en cuanto al Qué Hacer…ante la nueva arremetida imperialista y nuestra resistencia cultural y política a mediano y largo plazo. Del mismo modo, el presente material se corresponde con algunos de los temas de fondo de la propuesta del DECENIO RENGIFIANO DE LA CULTURA NACIONAL en el marco del Congreso de la Patria (proyecto presentado al poeta Freddy Ñañez, ministro del poder popular para la Cultura al entrar Rengifo y Reverón al Panteón Nacional 10 de mayo: 2016).

En otro sentido, el presente material se dedica al Ministerio del Poder Popular para la Educación a través del Viceministerio para las comunidades educativas y unión con el pueblo, que dirige la profesora Maritza Loreto. Escribiendo este material nos informan que “El Nacional” anuncia una nueva edición del libro superracista de Carlos Rangel “Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario”, que presenta al indio como el cáncer de América, incitando al exterminio de los pueblos originarios. La libertad de prensa o de pensamiento, no puede servir para llamar a matar indios.

“Cuando los pueblos tienen reveses políticos, siguen resistiendo culturalmente. Cuando la identidad es derrotada en las grandes metrópolis, resiste en la provincia”. Amílcar Cabral

“Nosotros no somos ningún Nuevo Mundo. Somos tan viejos y tan nuevos como Europa”. Hugo Chávez.

“Yo me siento más indoamericano y afroamericano, que hispanoamericano, iberoamericano y que latinoamericano” .Hugo Chávez en Brasil

“Debemos insistir en nuestra propia sociodiversidad para entender que en nuestra América, el Caribe y África, el socialismo del siglo XXI, puede tener distintas modalidades”. Esteban Emilio Mosonyi… (De su ponencia para el evento anunciado)

Pilares ideológicos de los proyectos de la dominación cultural y educativa

Los proyectos históricos de la dominación cultural y educativa, juegan un papel fundamental para sostener la dominación política, económica, social y mediático-comunicacional, teniendo como finalidad entre otras, prolongar formas de conquista y colonización, frenar la revolución cultural y educativa, como claves de nuestra regeneración moral, sus identidades y espiritualidades en el marco de la construcción de la revolución socialista del siglo XXI por otros mundos posibles (en plural).

Veamos algunas bases ideológicas de nuestra dominación cultural y educativa, para luego describir los proyectos históricos de nuestra dominación cultural y educativa más connotados y algunas variantes:

- Esos proyectos cuentan con una matriz ideológica de la dominación occidental, atravesada por la falsa escogencia entre “la civilización y la barbarie”: nuestra literatura escrita, continental y caribeña, está atravesada por esta falsa dicotomía, entre lo bárbaro y lo civilizado, impreso por el colonialismo en nuestro inconsciente colectivo.

-Su base esencial de sustentación es el dominio inclemente de la naturaleza, antagonizando cultura-naturaleza, fuente primaria de la explotación del hombre por el hombre y de la mujer por el hombre. Fuente primaria, de toda evolución lineal tanto biológica darwineana como sociocultural, cerrando las puertas a un enfoque más amplio de la co-evolución sociocultural y ecosistémica, en una relación complementaria en todo el entramado de la vida. Que sirva de base a una profunda y radical revolución política, económica y social, cultural y educativa, con firme sentido ético y espiritual.

- Periodización unilineal, etapista y mecánica de la historia (salvajismo, barbarie, civilización), dividiendo a los pueblos de la América originaria, de África, Australia, Asia y Oceanía en “altas, medias y bajas culturas”. Concluyendo con la descalificación progresiva de todas ellas por parte del Occidente racista.

-Con la vara con que nos mide el colonialismo europeo, los pueblos aborígenes ocupan el último escalón de la evolución humana en todos los continentes y espacios insulares del planeta, con profundas consecuencias para todos los poblamientos posteriores en su conjunto. De manera, que aquí o en África (o en el Caribe, el originario nos implica a todos). Son los des-castados en sentido radical, que no caben en ninguna parte de las sociedades y culturas dominantes: son extranjeros en sus propias tierras, pero más todavía, todos sus descendientes son “inmigrantes indeseables” en los países del norte de América y en Europa.

-El aborigen es presentado como una especie de “hombre silvestre ante la naturaleza,” “inculto”, ser “en bruto” o “embrutecido”, “no cultivado”, “sumergido en un estado de identificación con la naturaleza”, sin conciencia de su propia individualidad en su entorno natural. De allí la idea de “primitivo”, “salvaje”, “bárbaro” o “in-civilizado”.

-El indígena, aborigen o el natural de cada continente, se pretende desconocer en América, pero también en todos los continentes, incluso en Europa para usurpar sus territorios con nuevas formas de conquista y colonización. De allí nuestra decisión con el Comandante Chávez y los pueblos originarios de convertir el 12 de octubre en Día de la Resistencia Indígena, buscando su transformación en “Día de la Resistencia Indígena Planetaria”. Iniciativa más de los pueblos y mov sociales que de los gobiernos.

-Visión de la historia, donde supuestamente la cúpula de la evolución sociocultural y humana, estaría representada por el hombre y la cultura europea y anglo-norteamericana, patriarcal, racista y occidental, sobre la base de castas, clases y estamentos, cada vez más sofisticados, con pretensiones de invisibilización a fin de perpetuar sus formas de esclavización y servilismo o repetir nuevas formas de conquista y colonización de sus tierras y territorios, deslegitimando sus poblamientos y su condición de pobladores originarios, ancestrales o históricamente más arraigados a los ecosistemas.

-La dominación continua y sostenida se presenta como “natural”, no es histórica, por tanto, “ha existido siempre” y “existirá siempre”.

-La condición de “ciudadanos” o la llamada “ciudadanía” (herencia de la revolución burguesa) opera como aplanadora antropofísica (o racial), lingüística, étnica-nacional, cultural, en una supuesta “igualdad” y “fraternidad” que excluye o invisibiliza(ideología de la ilustración, que marcó la primera independencia): en principio sólo los propietarios y los “cultos”, de “espíritu refinado”, los “cultivados” por la educación escolar, son “los ciudadanos” propiamente dichos, contrarios a “analfabetos”; en la colonia eran “los vecinos” y éstos no eran otros que los conquistadores y sus descendientes); “indios sin alma”, primero esclavizados y encomendados, reducirlos a “pueblos” con la misión y el misionero; a posteriori, reforzados por la diáspora africana, vendidos como “piezas”, como objetos de esclavización; luego los indodescendientes (indo-mestizos) y los afrodescendientes, indoamericanos o caribeños, fueron en parte ideológicamente “campesinizados”, -indios y afros- despojados de sus identidades específicas, atributos étnicos, culturales y lingüísticos; luego sometidos a otra diáspora rural-urbana y después excluidos en nombre de la modernidad, de “las nuevas ciudades” (como parias sub-urbanos). En una nueva lucha por “la ciudadanía”. Mientras tanto, son pre-ciudadanos, pre-modernos, pre-republicanos.

-Borrados nuevamente, de la historia y la geografía a través de la ideología tecnocrática (a partir del capitalismo monopólico y transnacional: finales de la década del 50, eliminación del estudio de la geografía y la historia para dejar a la juventud en el vacío cultural y espiritual). Se antagonizan “las humanidades” descontextualizadas de la ecología, con la llamada “ciencia en singular”, asumida como “única y universal” para ocultar la lógica y la racionalidad del capital. Desconociendo con La Ilustración, las vías del conocimiento propio de los pueblos, culturas y clases dominadas y explotadas: sus filosofías, ciencias, tecnologías intensivas, artes, espiritualidades para imponer unilateralmente “las verdades” de la ciencia occidental.

-Antecedente: La juventud indígena, aquí y en África ya había sido sometida por el misionero, católico o protestante, apartada de su idioma materno y de sus comunidades, de su historia, cultura-propia, educación propia para desarmar sus potencialidades y vocación a la interculturalidad.

-Más adelante veremos la juventud despojada de su memoria y de su localización geográfica y cultural, ideológicamente desterritorializada, cultural y musicalmente por el espejismo de las metrópolis occidentales; divorciada espiritualmente de la comunicación con sus ancestros y sus ancianos y ancianas, empujados por el aparato educativo y mediático a un falso problema generacional.

-Discurso de “la cultura única” para negar nuestra diversidad antropofísica, étnico-nacional, lingüística, cultural y ecosistémica, hasta imponernos en nombre de la unidad del género humano (o de “la cultura nacional”), el uniforme de la dominación occidental, de la modernidad unilateral para perpetuar nuestra supuesta minoría e inferioridad biológica, histórica, social, cultural y espiritual. Pre-modernidad-modernidad-antimodernidad-posmodernidad-transmodernidad, que al fin de cuentas terminan negando la contemporaneidad de todos los tiempos, la especificidad de cada presente y de cada pueblo o cultura, la actualidad histórica de los pueblos, culturas y clases dominadas. Pero sobre todo, en la realidad, más que en la teoría, el derecho efectivo de los pueblos a la interculturalidad (reduciendo su historia a la historia de la modernidad capitalista occidental, grecorromana y judeo-cristiana). Todo lo que se sale de este modelo reductor y excluyente, es lo prehistórico o de una historia embrionaria, como semilla todavía no alumbrada, que no cabe en cada coyuntura presente, desde el siglo XVI hasta hoy.

-Antagonismo étnico-nacional con los Estados Nacionales, prolongando y agravando la situación aún después del proceso de la primera independencia.(Antagonismo racial con el afrodescendiente y étnico-territorial, con los pueblos y comunidades originarias).

-Ideología del fin de la historia, del fin de las ideologías, del fin de la política: llegada a la utopía del paraíso neoliberal del capitalismo global. Que ha fracasado en el mundo entero por medio milenio y vuelve por la revancha. Luego dicen que el modelo fracasado, ¡es el socialista!

-Ideología de la era digital, que sustituye o pretende superar globalmente a la oralidad viva y cotidiana de los pueblos, a la galaxia Guttemberg o revolución de la escritura impresa (sustitución progresiva del libro impreso, el periódico, la revista, por el dominio de la imagen o el libro virtual, sin tiempo de reflexión y análisis para nada, abonando el terreno para la manipulación individual y colectiva). Es la era del idiotismo digital, que tapona los oídos, los ojos, la mente y el espíritu de la juventud para lanzarnos al laberinto sin piso de lo inmediatista, lo banal de la vida cotidiana y la masiva y despersonalizante estupidez humana. Que desconecta sus manos, de la totalidad de la vida, del sentir y del pensar-actuando. Del vivir viviendo.

-En síntesis, arrastrados por la lógica, la irracionalidad del tiempo de reproducción del capital, que conspira contra el tiempo de reproducción de la vida y de la cultura, de la vida en su totalidad y de la espiritualidad en sus más altas y sublimes manifestaciones, tanto de la naturaleza como de la existencia humana. Esto se resume en una ideología bien encubierta: el monopolio de la belleza, degradando nuestra naturaleza, nuestros paisajes tropicales y exaltando lo europeo, devaluando nuestras configuraciones antropofísicas o raciales y los idiomas y las culturas de origen. Hemos llamado ideología del colonialismo estético a esta tendencia de presentar “la fealdad del colonizado”, atribuída a “su propia naturaleza”: en contraste, blanco el padre, blanco el hijo, blanco el espíritu santo. El diablo es negro, cobrizo o piel roja, cuando no, amarillo. La belleza y la perfección son blancas. De allí la exclusión indígena y afroamericana-caribeña.

-Finalmente, el colonialismo europeo ha inventado que podemos tener una sola identidad, personal o social. Por el contrario, nadie tiene una sola identidad. Siempre apelamos a una prioridad de identidades, como lo hizo Chávez en Brasil: “Yo me siento más indoamericano y afroamericano que hispanoamericano, iberoamericano y latinoamericano”. Primero soy indoamericano y afroamericano, después soy todo lo demás. De allí que no es un problema de “mezclas”.

Breve registro de los proyectos ideológicos de la dominación cultural y educativa

 - El hispanocentrismo y sus variantes:

-¿Qué es el hispanocentrismo? 

Es la pretensión del colonialismo español o mantuano-criollo de ver a España como el único ombligo de nuestra existencia histórica, cultural y espiritual, desconociendo radicalmente a los pueblos y comunidades originarias y a los afrodescendientes en particular. Esta visión excluyente y reductora plantea en forma cínica: nos une sólo el catolicismo, el idioma español y la herencia hispánica. Todo lo demás divide y hay que suprimirlo, borrarlo o asimilarlo a lo español.

Algunas variantes del hispanocentrismo como proyecto de dominación cultural:

-La ideología de la cultura única “mestiza”, que ha fracasado en la misma España ante la realidad contundente de vascos, catalanes, gallegos, hispanoárabes, hispanojudíos, gitanos, valencianos. Desconocimiento ideológico que ha puesto hoy en peligro la misma unidad de España, aparte de seguir viendo a la llamada Hispanoamérica con el mismo lente colonialista del siglo XVI y particularmente a Venezuela.

A partir de la revolución bolivariana Venezuela se ha redefinido constitucionalmente como país multiétnico y pluricultural, con vocación a la interculturalidad. Luego han surgido los Estados Plurinacionales de Bolivia y Ecuador.

El latinocentrismo de José Vasconcelos: La "raza cósmica"

México ha sido el epicentro de muchas políticas anti-indígenas y anti-bolivarianas. La revolución mexicana de 1910 fue de fondo anti-indígena y pronto devino en socialdemócrata, 7 años antes de la revolución rusa de 1917.

Para ser mexicano había que dejar de ser indio. Bolívar mismo en su tiempo, entendió que la clase dirigente mexicana no estaba ganada para el Congreso de Panamá (1826), menos para un segundo Congreso de Panamá. En la raíz de todo esto están esos proyectos históricos de la dominación cultural y educativa.

Pero estas trabas forman parte, en algún sentido, de nuestro presente histórico, cultivados por el panamericanismo antibolivariano. La socialdemocracia mexicana mantuvo sin embargo una política internacional abierta y tolerante bajo la sombra todavía fresca de la revolución de 1910, lo cual sirvió de refugio y fermento cultural a todo un movimiento de exiliados del continente frente a las oprobiosas dictaduras militares. Y de otros tipos de disidencia política.

José Vasconcelos, llevó a una situación extrema, de corte nazifascista su proyecto de la “raza cósmica” (1920 a 1940, con la revista Timón). Es el cuento de nunca acabar, de llevar toda la humanidad por dentro, que somos la síntesis de todas las razas y de ella, saldrá el nuevo Supermán de América. Pero, sometidos también a una espera: la raza blanca todavía no ha cumplido su papel. Mientras tanto, debemos permanecer en el limbo de una espera sin límites. Sometidos a un intenso mestizaje biológico, purificador. Pero en el fondo del fondo, lo que hay por detrás de todo, es el blanqueamiento progresivo. El modelo es el blanco. La raza pura de Hitler y el mestizaje a ultranza con el blanco para purificar “la raza”, son caras distintas de la misma medalla: todos los caminos llevan a la hegemonía anglonorteamericana.

Después de la raza blanca anglosajona, vendrá el gobierno de la raza cósmica, sobre la base cultural de lo latino, la única supervivencia cultural –a medio camino- después que se fundan el indio y el negro con el blanco.

Vasconcelos, no es hispanocéntrico, sino latinocentrista. Y aquí la clave, no es sólo lo español sino la inclusión de todo lo latino, frente a lo anglo-norteamericano. De allí funda un “anti-imperialismo” sobre bases falsas: tan enemigo de México son los pueblos y comunidades indígenas, como el imperialismo norteamericano. Puestos ambos en el mismo rasero. Esta confusión ideológica terminó asumiendo una alianza indefinida de la socialdemocracia mexicana con el imperialismo y como cabecera de la nueva alianza del Pacífico.

La historia comprueba muchas veces que no puede haber anti-imperialismo sin entender la democracia anti-esclavista de Haití y sin entender las insurrecciones indígenas del continente y el proyecto de los nuevos Estados plurinacionales. No hay anti-imperialismo sin anticonquista, sin descolonización de fondo. Sin revolución cultural, educativa y espiritual sobre bases endógenas. Buscando superar el proyecto exogenético de nuestras nacionalidades mediante una educación intercultural: reconciliarnos con la Madre India y con la Madre Tierra para podernos reconciliar con el padre. Pero no con los padrotes y madrastras de la conquista. La conquista patriarcal y racista-clasista tiene su asiento en el endorracismo materno. En sentido general, reconciliarnos con la madre África como origen común de la humanidad. Superando cualquier fundamentalismo, sea cual sea su origen o justificación.

El "nuevo mundo" y "los pueblos nuevos"

 -El antropólogo Darcy Ribeiro acuñó en principio la idea –aunque no así al final de su vida- de que países como Brasil, Venezuela, Colombia y el Caribe, son “pueblos nuevos”. Hablar de pueblos nuevos es como decir que no tenemos un pasado glorioso del cual enorgullecernos. Pero también hay la idea más general de ver toda América o Abya-Yala, como un “Nuevo Mundo”.

Ante ello Chávez señaló acertadamente que somos tan nuevos y tan viejos como Europa. Obama en Trinidad, le pide a Chávez, abolir la historia y solicita borrón y cuenta nueva. Chávez le entrega “Las Venas Abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano.

César Rengifo, desde su creatividad artística, Enrique Bernardo Nuñez, Esteban Emilio Mosonyi, Galeano y Chávez, nos plantean la inclusión de todos los tiempos de nuestra historia, en una visión de conjunto y diferenciada al mismo tiempo, con pleno sentido de contemporaneidad. Hay en Abya-Yala 40.000 a 50.000 años de historia, antes y después de los cinco siglos de la ocupación colonial europea. De allí la presencia de lo viejo y lo nuevo, lo ancestral y lo reciente en forma simultánea.

Aparte de ello, tanto el africano como el europeo o los asiáticos, llegan a nuestra América dotados de sus propias ancestralidades. ¿Cómo entonces podemos ser Pueblos Nuevos y sin raíces profundas? Hay un esfuerzo de arqueólogos como Mario Sanoja e Iraida Vargas, Fulvia Nieves; antropólogos como Nelly Arvelo, Omar González, Ronny Velásquez y otros etno-historiadores o filósofos-antropólogos como Nelson Guzmán, de profundizar en el subsuelo de nuestros siglos y milenios, con pleno sentido de contemporaneidad.

El criollismo mantuano como supuesta "cultura de síntesis"

Una de esas versiones de “Los pueblos nuevos” lo constituye la pretensión de un criollismo rancio y reaccionario, que se ofrece como síntesis de todos los pueblos y culturas constituyentes de nuestras nacionalidades. Es una especie de “resultado”, de síntesis de síntesis de los componentes indígenas, africanos y españoles. Este “resultado”, dejó atrás, muy atrás, superó globalmente a todos sus componentes. Ya no somos ni indígenas, ni afroamericanos, ni afrodescendientes, ni indodescendientes, ni hispanodescendientes, ni descendientes de canarios o de hispanoárabes. Se pretende que somos una realidad completamente nueva, con nada en común con sus orígenes y mucho menos con sus pueblos, culturas y comunidades originarias (racismo y eurocentrismo radical). Entonces, aquí todos somos “inmigrantes”…. Somos pueblos de inmigración. No hay originalidad posible. Por tanto no es posible determinar dueños del territorio. ¡Tierras de nadie! Para el nuevo asalto del Dorado. Los nuevos conquistadores no son extranjeros, los extranjeros somos nosotros.

Los pueblos emergentes, que van de "la destribalización" a "estados nacionales"

Esta visión ideologizada, neo evolucionista unilineal se le aplicó contemporáneamente al África. Veamos un ejemplo concreto: cuando USA y la OTAN se iban a apoderar de Libia, se decía, que era un país “atrasado”. Que allí no había república sino “tribus”. Por tanto había que intervenirla, incluso militarmente para “des-tribalizarla” y convertirla en verdadero Estado Nacional moderno. Sin embargo, Libia era tal vez el Estado con el mayor nivel de vida de África y con grandes reservas internacionales que fueron robadas por los imperios occidentales. Hoy no sabemos desde aquí, realmente, que está pasando en Libia. Hecho concreto: su Estado ha sido desmontado con fines de dominación. La desintegración interna y continental para el reino de los grandes intereses del capitalismo occidental globalizante. El chivo expiatorio: Gadafi, como en Irak lo era Hussein. Todo este proyecto unilateral explica que la noción de “tribus”, que nosotros hemos sustituido en la CRBV por pueblos y comunidades indígenas, en África tenga un sentido de resistencia cultural y política frente a los proyectos asimilacionistas y desintegradores. Para llevarnos finalmente a la fragmentación de nuestras historias locales y regionales.

El apartheid o los pueblos transplantados de inmigración europea

Los pueblos transplantados de inmigración europea, representan las formas más agresivas y racistas del poblamiento, desconociendo los poblamientos originarios; y contemporáneamente, establecen no sólo clases-privilegiadas sino también nacionalidades de primera, de segunda, de tercera y de cuarta categoría, convirtiendo a los pueblos originarios en los des-castados, recluidos en reservaciones.

Seguidos de las formas de esclavización de la población afroamericana y por todas las capas del poblamiento latino, asiático americano, hasta llegar a las nacionalidades de primera, señaladas por Arnold Toynbee: descendientes de ingleses, de alemanes, de escandinavos y de noruegos. Pretende esta modalidad de proyectos históricos de dominación presentarse como la más elevada expresión de la evolución humana, social y cultural. Ha tenido la pretensión imperial e imperialista, de erigirse como supuesto nuevo“pueblo escogido de Dios”, y con su monroísmo-unipolar, pretende torcerle el brazo, no sólo a Venezuela, sino a toda nuestra América y a todos los instrumentos de integración bolivariana, continental y caribeño. Que nos ha legado el bolivarianismo y el comandante Hugo Chávez.

¿Quién ha inspirado los principales apartheid del momento histórico actual? Sarmiento y Alberdi en el Cono Sur, el Estado de Israel, el apartheid Sudafricano que enfrentó Gandhi y Mandela. Australia. Todos inspirados por los Estados Unidos, como lo dijo el camarada cubano Roberto Fernández Retamar. Todas estos entrampamientos culturales y políticos tienen una finalidad precisa: poner en duda el universo cultural de Indoamérica y el Caribe. Luego viene la pregunta de siempre, de parte de los europeos: ¿Pero…existe una cultura latinoamericana? Ante esta pregunta impertinente el mismo Fernández Retamar les contra-preguntó: ¿Y existen ustedes los europeos? Anota Retamar al final: poner en duda nuestra propia cultura es poner en duda nuestra propia existencia como pueblos. Conclusión: el vacío histórico y geográfico, el vacío cultural y espiritual para llevarnos a la eterna infancia. La drogadicción en todo sentido, la frustración y el autosuicidio y el sometimiento a los viejos y nuevos conquistadores.

Qué hacer

-Romper con esa visión histórico-antropológica, de las sociedades y de la cultura, que nos ha impuesto el mundo capitalista occidental. Entendiendo que la parte más irreductible a los grandes intereses transnacionales y del imperio, lo constituyen nuestras múltiples espiritualidades. Mariano Picón Salas ya tenía esa gran intuición, pero reducía nuestra espiritualidad a la herencia hispánica, grecorromana y judeocristiana. En este orden reivindicamos nuestras espiritualidades grecorromanas y judeocristianas, sin menoscabo de nuestras irreductibles espiritualidades indígenas y afroamericanas y caribeñas (retomando la herencia indígena del Caribe, insular y continental, como lo hicieron al principio nuestros hermanos haitianos y como lo propuso José Martí: América no camina sin el indio).

-Reconstruir visiones de nuestra historia nacional y continental en su conjunto, que permita ubicar las grandes líneas rectoras de nuestro proceso indoamericano y caribeño. Desde la ancestralidad indígena, la conquista y resistencia a la conquista, la colonia, la independencia, la república, vistas todas ellas en su conjunto como parte de nuestro presente complejo.

-Sustituir todas las visiones excluyentes y reductoras por referentes teórico-metodológicos abiertos desde la praxis colectiva, de creatividad y construcción colectiva y personal, participativa y protagónica. Que supere la dicotomía civilización o barbarie. Reconociendo y reafirmando nuestra diversidad humana, cultural y educativa de nuestros Estados Nacionales, sus unidades político territoriales y como sociedades y culturas nacionales, con vocación bolivariana, integracionista/intercultural, continental y caribeña, sin detrimento del patrimonio lingüístico, cultural y espiritual de cada pueblo o de cada manifestación viva de nuestras culturas populares. Incluyendo con sentido de justicia y equidad a todos los pueblos, culturas y sectores que han contribuido y contribuyen al patrimonio cultural, nacional, continental o insular. Destacamos que César Rengifo, desde el arte más que en sus ensayos, supo incluir con sentido de justicia y equidad, a todos los sujetos, actores y actrices de nuestra nacionalidad. Ello se expresa vivencialmente en su dramaturgia, su pintura, su muralismo, y en general, en toda su poética. Incluyendo a los invisibilizados e invisibilizadas en medio milenio de opresión colonial hasta el petróleo y el advenimiento de la clase obrera.

-La operatividad de una revolución cultural y educativa, inter-civilizatoria y espiritual, no será posible sin la revisión y refundación a fondo de nuestras culturas nacionales de Indoamérica y El Caribe. En nuestro caso, Venezuela debe asumir su irreductible configuración caribeña histórico-cultural, incluyendo al mismo tiempo nuestra condición de país simultáneamente llanero, andino, amazónico y guayanés. Todo ello sin detrimento de su unidad nacional y de sus configuraciones internas, tanto indígenas, afrovenezolanas, hispanovenezolanas. En igual sentido convocamos a las migraciones indoamericanas y caribeñas en nuestros países a asumir su indodescendencia y su afrodescendencia, contextualizadas en nuestra diversidad cultural, sin complejos como un soporte fundamental para fortalecer nuestras identidades nacionales, culturales, continental y caribeña.

-Es necesario diferenciar de fondo y de raíz, el mestizaje como hecho histórico y social, común a todos los pueblos de la humanidad, de lo que llamamos“la ideología mestiza”. Todos los pueblos son mestizos. Hay un mestizaje muy específico en nuestra América, antes y después de la conquista. Que es muy nuestro. Pero la ideología mestiza es la pretensión de manipular el mestizaje teniendo como modelo al conquistador de turno, conjugado con su modelo cultural y educativo impuesto. Todo ello pasando por la figura del conquistador de turno, camuflado –al modo fariseo- en el santoral grecorromano y judeocristiano, mediante las teologías de la dominación. De tal forma que todo ideal de belleza, de moral y de perfección humana, social, cultural y espiritual, esté bajo la hegemonía del modelo occidental dominante en cada fase de la dominación histórica. Ayer el español, luego el inglés, ahora el norteamericano. Con una dinámica ya conocida: desindianizar para hispanizar, hispanizar para desafricanizar, hispanizar en forma unilateral para des-hispanizar y en definitiva, para norte-americanizar. De allí el interés desde una óptica intercultural e intercivilizatoria de retomar dentro de nuestras culturas nacionales, continental y caribeña, la revitalización de nuestras identidades específicas como sustento sociocultural de nuestras identidades nacionales.

Profesor Saúl Rivas-Rivas


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