Con los dos atentados dinamiteros la víspera, causantes de 80 víctimas fatales, la relación de muertes en Nigeria en lo que va de mes alcanzó la cifra de 235 muertes, según estadísticas difundidas hoy.
Una de las acciones, en el estado de Adamawa (este) reivindicada por el grupo armado islamista Boko Haram, fue ejecutada por un adolescente de 17 años que activó la carga explosiva que llevaba adherida al cuerpo, costó la vida a 50 personas.
La otra tuvo como escenario la ciudad de Numan, estado de Adamawa, en el mismo punto cardinal, y fue ejecutada el lunes pasado por milicias de agricultores de la etnia bachama ligados a Boko Haram contra pastores fulani, 30 de los cuales murieron en la acción, acorde con un informe detallado recién circulado por las autoridades.
Testigos en la zona aseguran que en rigor de verdad las víctimas del ataque contra el asiento de los fulani, una tribu de pastores nómadas, fueron 60, pero el aserto no ha podido ser verificado por medios independientes.
Boko Haram, el principal enemigo armado, aunque no el único, del gobierno central nigeriano, adhirió a Estado Islámico en 2015 y desde entonces asumió el nombre de Wilayat Gharb Ifriquiya (Provincia de Africa Occidental, en árabe), pero sigue siendo identificado con su nombre original.
De su lado, el gobernador del estado de Zamfara (noroeste), Abdulaziz Yari, ubicó en 155 el número de víctimas mortales en el mes en curso es del orden de los 155, además de 55 secuestrados por los que calificó de bandidos.
Asimismo recordó en una transmisión radial al país que el sábado pasado 25 personas perdieron la vida en un ataque nocturno contra un área urbana, como calificado ‘cruel y vil’ por el presidente Muhammadu Buhari, quien aseguró que ‘el gobierno hará todo lo necesario para proporcionar seguridad a la ciudadanía’.