Por María Fernanda Barreto, Resumen Latinoamericano
Entrevista exclusiva al Comandante Pablo Beltrán, jefe de la Delegación de Paz del ELN, a propósito de los posibles diálogos con el nuevo gobierno colombiano.
El triunfo presidencial del Pacto Histórico en las pasadas elecciones en Colombia, ha despertado una esperanza inédita en la mayoría de la población colombiana y en general, en todos los países de la región, particularmente en aquellos que en las últimas décadas han consolidado procesos progresistas o de izquierda, que veían en ella un rezago para el continente entero.
Enclave del terrorismo Imperialista y plataforma de relanzamiento de la Doctrina Monroe de los Estados Unidos, Colombia es el único país de Nuestra América que no ha conocido la paz desde la invasión europea hasta nuestros días.
Aunque algunos discursos traten de ocultarlo intencionalmente y quienes no logran entender la complejidad del país, se refieran al conflicto interno en tiempo pasado, Colombia continúa siendo un país en guerra.
Por eso uno de los capítulos más importantes del programa de gobierno presentado por Gustavo Petro y Francia Márquez, es el que se titula “Colombia, potencia mundial de la vida” que en su punto 5 “Dejaremos atrás la guerra y entraremos por fin en una era de Paz”, específicamente plantea: “retomaremos las negociaciones con el ELN para finiquitar la existencia de la insurgencia armada en Colombia a partir del diálogo político”.
Dada la importancia de este tema, tan pronto se anunció el resultado de las elecciones presidenciales, decidimos contactar al Comandante Pablo Beltrán, jefe de la Delegación de Paz del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que aún se encuentra en Cuba, para hacerle una breve entrevista al respecto, cuyas respuestas recibimos el día de hoy (2 de julio de 2022), y que presentamos a continuación.
“¿Han tenido ya algún tipo de acercamiento con el nuevo gobierno de Colombia?
Con el Gobierno saliente de Duque no fue posible desarrollar negociaciones de paz, apenas mantuvimos una comunicación intermediada gracias a los Buenos Oficios de la Misión de la ONU, del Vaticano y la Conferencia Episcopal Católica, quienes ya se han reunido con el nuevo Gobierno para informarlo de nuestras respuestas, a sus propuestas sobre la paz con el ELN.
¿Están en disposición de retomar diálogos con el Estado colombiano el mismo 8 de agosto de este año?, y de ser así, ¿esperan dar continuidad a lo que hayan logrado avanzar desde el 2017 o partirán de cero?
El Presidente Gustavo Petro ha reafirmado su compromiso con dar curso al Proceso de Paz iniciado con Santos y que Duque se dedicó a hacer trizas, nosotros compartimos que debemos “construir sobre lo construido”, pero por tratarse de un nuevo Gobierno habrá que conversar con él sobre cómo serían estas líneas de continuidad y cuáles serían los ajustes que ellas requieren.
¿Que tan importante considera el ELN que es el papel de Venezuela y Cuba en la construcción de la paz de Colombia?
Venezuela ha apoyado nuestras negociaciones de paz con el Gobierno Nacional desde 1999 y en el último período ha ejercido como País Garante, un rol similar cumplió en el Proceso de Paz con las antiguas FARC; conocemos que esta voluntad de apoyar el logro de la paz de Colombia la mantiene el Gobierno de la hermana República Bolivariana de Venezuela. Igualmente Cuba ha sostenido su política de apoyo a la paz de Colombia, pese a los ataques que ha recibido por esta posición de principios en cuanto al Derecho Internacional.
¿Qué opinión le merece el informe recientemente entregado por la Comisión de la Verdad?
Un flanco de la Guerra es la desinformación y el que la desarrolla lo hace para perpetuar la Guerra y para esquivar asumir responsabilidades por ella, por esto es un aporte en la dirección correcta el que hace este Informe Final de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad (CEV).
Hoy hay menos “Noche y Niebla”, pero aún estamos a medio camino de que la sociedad colombiana tenga respuestas plenas a grandes interrogantes, como ¿por qué hay Guerra?, ¿por qué perviven factores de reincidencia?, ¿cuáles son las dos partes del Conflicto Interno?, ¿quiénes quieren y quiénes no desean pasar la página de la Guerra y por qué?
Como jefe de la Delegación de Paz del ELN, que se define como una organización revolucionaria, ¿Usted cree que bastaría que se cumpliera el programa de gobierno que ha propuesto el Pacto Histórico para los próximos cuatro años, para pensar que Colombia pueda al fin conocer lo que significa vivir en Paz, o hará falta más que eso?
Nosotros no vemos al Gobierno de Petro como un enemigo, nuestros adversarios son los que se atraviesan a la democratización y se oponen a los cambios a favor del pueblo; cuando nacimos el 4 de julio de 1964 enarbolamos la consigna antiimperialista y anticolonialista de la Liberación Nacional y si usted observa, hoy la segunda ola progresista va a lograr mayor integración de América Latina y el Caribe, lo que nos hará llegar a ser pueblos más soberanos, entonces vamos avanzando.
Desde nuestro origen también proclamamos la lucha por el Socialismo, y hoy dada la crisis del capitalismo como sistema dominante, los pueblos del mundo luchan por paz, otro modelo de desarrollo y una democracia que sirva a la gran mayoría, componentes que integran un nuevo modelo de sociedad post capitalista, o sea caminamos por diversos caminos hacia una sociedad más justa, en paz y amable con la Madre Tierra.
En conclusión, al comparar nuestros objetivos estratégicos con el Programa del Pacto Histórico, encontramos coincidencias importantes que nos hacen compañeros de camino en este periodo de la historia.”
Tal como lo mencionó nuestro entrevistado, el próximo 4 de julio el ELN cumplirá 58 años de existencia, lo que la convierte en la organización guerrillera más grande y antigua del continente. Durante este tiempo han sostenido diálogos con delegaciones de siete gobiernos diferentes, el primero con el del presidente César Gaviria, luego el de Ernesto Samper, el de Andrés Pastrana, continuando con los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez y finalmente con los dos gobiernos de Juan Manuel Santos. Sin embargo, esa última mesa de diálogo que había sido instalada en Quito, Ecuador en febrero de 2017, debió trasladarse a Cuba, luego de que el gobierno ecuatoriano de Lenin Moreno renunciara a seguir siendo “País Garante” por lo que Cuba aceptó convertirse en la sede de esos diálogos desde mayo de 2018.
En julio de ese año tuvimos la oportunidad de entrevistar por primera vez al Comandante Pablo Beltrán, quien manifestó su esperanza de que el entonces candidato electo, Iván Duque no cerrara las puertas a la solución política al conflicto armado.
Pero esos diálogos nunca se iniciaron y por el contrario se desconocieron los protocolos firmados entre el Estado colombiano y los países garantes, lo que obligó a la delegación guerrillera a permanecer en Cuba y le costó a ese país el ser incluido en la lista de países patrocinadores del terrorismo de los Estados Unidos.
Precisamente hoy mismo, el presidente saliente de Colombia, Iván Duque ratificó su posición guerrerista. Interrogado por la Revista Semana sobre la posibilidad de que el nuevo gobierno reinicie los diálogos con la organización guerrillera, dijo que no cree en el ELN, que se opone a cualquier posibilidad de diálogos tanto con esta organización como con las FARC-EP Segunda Marquetalia y, por el contrario, se vanaglorió de las acciones militares contrainsurgentes de su gestión que, por cierto, terminará el próximo 7 de agosto con la más alta impopularidad que haya alcanzado un presidente colombiano en todo el siglo XXI.
Aunque la gestión que iniciarán en poco más de un mes Petro y Márquez, tendrá muchas dificultades para enfrentar los grandes poderes de facto que perpetúan el conflicto social y armado que vive Colombia en todas sus expresiones, la posibilidad de iniciar un proceso real de Paz con justicia social, es hoy la esperanza más latente en la mayoría del Pueblo colombiano y también, una gran expectativa de toda Nuestra América.
Sobre esos poderes de facto, las dificultades y desafíos que tendrá el nuevo gobierno colombiano, estaremos escribiendo en los próximos días.