El presidente de Zimbabwe, Emmerson Mnangagwa, aseguró que la prioridad de su gobierno es impulsar la economía, crear empleos y aumentar los ingresos de los ciudadanos, informó hoy la prensa en ese país.
El mandatario sostuvo ayer una reunión con los secretarios permanentes de los ministerios y advirtió que no tolerará indolencias burocráticas que son usadas como excusas para paralizar los servicios a la ciudadanía, a los inversionistas y a los accionistas. Nuestro objetivo es alto rendimiento y los ministerios son fundamentales para lograrlo, expresó Mnangagwa citado por medios de prensa en Harare.
En su encuentro con esos altos funcionarios, el jefe de Estado adelantó que está organizando una nueva estructura gubernamental con menos ministerios que permitirá eliminar la duplicación de funciones, ampliar la capacidad ejecutiva y ofrecer un mejor servicio, al tiempo que se reducen los gastos. Según dijo, esa estructura y quiénes estarán al frente de cada uno de los ministerios será anunciada en dos o tres días.
Aclaró que nadie será separado de sus funciones, a no ser quienes ya están en edad de retiro, y quienes ocupan cargos que serán eliminados serán recapacitados y reubicados en otras áreas del sector público. 'Nuestro pueblo ha soportado muchas dificultades económicas en los últimos 20 años y ahora espera que el gobierno arregle esa situación en el menor tiempo posible', expresó.
El nuevo presidente zimbabwano destacó que la población tiene muchas esperanzas en su administración, y por esa razón los funcionarios públicos deben tener una alta actuación y ética laboral, concentrados en el crecimiento de la economía. La reunión del Presidente con los secretarios permanentes de los ministerios forma parte de una serie de encuentros que lleva a cabo con agencias gubernamentales para familiarizarse con su labor y brindar orientaciones generales que llevará a cabo su administración.
Mnangagwa se convirtió el viernes último en el segundo presidente de Zimbabwe independiente, tras la renuncia de Robert Mugabe luego de 37 años en el poder, un paso que puso fin a una crisis política que provocó el control militar del país.