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Blog del Editor

La doctrina de los derechos humanitarios, la fórmula contra Venezuela

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Reinaldo Bolívar

Una mayoría simple de países de Occidente, que ha hecho de los derechos humanos una suerte de arma de destrucción activa contra gobiernos “incomodos”, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó una resolución intervencionista contra Venezuela, basada en el informe tarifado de una comisión creada por ese mismo grupo dos años atrás.

Esta es la era de la “doctrina de los derechos humanitarios” contra gobiernos no alineados con EEUU; así como anteriormente, lo era la doctrina anti terrorista y, previo a ella, la doctrina contra el comunismo. Sigue siendo en esencia una estrategia continuada, donde el “mundo libre” de Occidente, intenta poner en cintura al resto de la humanidad, hasta someterla a sus designios.

La “doctrina de los derechos humanitarios”, obra con pasmosa sencillez a partir de unos formatos pre-concebidos que se rellenan tal como una planilla online, con datos tomados de buscadores, y de las redes, suministrados por parcialidades políticas, sin contrastar con las otras fuentes nacionales. 

Cuando se quiere ir contra un gobierno con esta doctrina, las víctimas probatorias son debidamente escogidas. Así, en los muchos años que se habla de violación de “DH” en Venezuela, jamás, la parte contraria al pueblo bolivariano, lo cita. Por ejemplo, los muertos de Puente Llaguno, los de las guarimbas, los quemados, los prescolares y universidades incendiadas, los campesinos ajusticiados no son consultados en esos “informes tipos” o “informes plantillas”. Menos aún, mencionan las calamidades que producen sobre los seres humanos en Venezuela las medidas punitivas bilaterales que aplican EEUU y la Unión Europea.

Ya este esquema injerencista, se probó con la Libia de Gadafi. La llevaron al CDH, la condenaron con su mayoría Occidental y votos negociados; la expulsaron del CDH y lo sentenciaron en el Consejo de Seguridad de la ONU. Del mismo modo, procedieron en la Corte Penal Internacional. No hay testimonios de que el CDH hubiese realizado una investigación imparcial en Libia, con acuerdo del gobierno de Gadafi, constatando versiones de sí en Libia sucedía lo que los amañados informes vertían en su plantilla. 

En el Sudán histórico, al que desmembraron para sacar a un país empobrecido y en guerra Sur, le sembraron unas mil ONG “especializadas” en DH para que acusaran al hoy depuesto gobierno de violar derechos civiles. Le montaron un conflicto en Darfur, lo sentenciaron en la Corte Penal Internacional, lo engatusaron con la promesa de suspender las sanciones y lo depusieron con una revolución de colores, en el momento en el cual la economía de Sudan emergía. Ahora un Sudán desmembrado retrocede aceleradamente al pasado sin que Occidente se preocupe por los derechos naturales de ese pueblo. Como tampoco se preocupa por la tragedia humana, sin precedentes, que sucede en Yemen, bombardeada por aliados de occidente, al igual que Siria. Tal parece que matar personas en otros países, con armas de guerra no califica como “violación a los derechos humanos”.

Hace menos de un mes, la mayoría pro occidental en el CDH hizo músculo aprobando una resolución contra el gobierno de Biolorrusia, al que tampoco reconocen, porque simplemente no les agrada “ese presidente pro ruso” que no les deja usar los recursos de ese país y que no entiende que necesitan ese territorio para fines que solo a ellos conciernen. Por tanto, le aplican el paquete doctrinal de los derechos humanitarios, y de seguro vendrán más medidas punitivas injerencistas de EEUU y la UE. Aunque no podrán subir la escalada multilateral en la ONU pues los detendrá el veto de Rusia o China, al igual que tampoco podrían escalar multilateralmente contra Venezuela.

Occidente sabe lo que hace. Fue conformando un CDH a su medida.  Crearon la figura del consejo y mantuvieron la oficina del alto comisionado, para estar seguro que alguna de las dos instancias, o las dos, la favoreciera.

En esta oportunidad, la jugada clave fue propiciar que entraran al CDH los enemigos latinoamericanos de Venezuela. En especial los del Grupo de Lima, cuyos gobiernos son “infalibles” en derechos humanos así cometan delitos contra la comunidad como dejar ciegos a manifestantes, quemar el Amazonas, usar sus fuerzas represoras contra estudiantes y vecinos, matar ex guerrilleros, lanzar jóvenes desde puentes. Y por si fuera poco, estos países –que son campeones continentales, junto a EEUU, con el mayor número de casos y muertes por COVID 19, como Brasil, Perú y Chile—, se atreven a “preocuparse” por la pandemia en Venezuela.

Solo por esa ignara conducta, pierden cualquier objetividad. Lo mismo, puede decirse de los países europeos que aún no han podido con la pandemia, y mantienen altos niveles de contagios y decesos diarios.

Cónsono con esa jugada, está el cambio de gobiernos en países que hace unos años hubieran rechazado o votado en contra de cualquier estratagema multilateral destinada a quebrantar la soberanía de los estados del Sur, pero que ahora hacen cálculos, ausentes de ideología, de sobrevivencia

Porque estas resoluciones de plantilla, contienen edulcorantes como “elecciones transparentes”, pero a su tiempo y modo sin respetar períodos constitucionales y preparados para desconocerlas si no dan los resultados que espera la doctrina, en caso de que no haya podido “judicializar” a las candidaturas progresistas como la de Lula, Correa o dar un golpe de estado en vivo y en directo, con quema de indígenas, aplaudido por la OEA, en Bolivia.

Todo ese elaborado material lleno de medias verdades y mentiras, hace creer a los gobernantes del mundo que tales montajes son la única verdad. La mediática, la diplomacia de choque, los arreglos circunstanciales, los momentos electorales en cada país, y el “que no me pase a mi lo mismo”, hacen el trabajo. Hay gobernantes que ni siquiera consultan fuentes alternas  y consumen todo el pastel mediático sin chistar.

Sería largo hacer comparaciones, que muy bien puede cada quien buscar en cualquier sitio web de noticias alternativas, aunque es difícil ocultar las estadísticas del COVID 19. Como le es difícil a EEUU sacar de las noticias las constantes matanzas de la población afro en su territorio, que apenas reciben cariñosos regaños de las ONG que monopolizaban la operatividad de los DH, dado que ahora tienen competencia en “bufetes o compañías especializadas”, que son una especie de “mercenarios humanitarios”.

El mega espectáculo está preparado. Las corporaciones mediáticas con sus “redes sociales” tienen todo listo para continuar con la pos verdad sobre Venezuela, siempre en la ruta perversa en la que su reducido y poderoso mundo acepte que la agresión de las potencias de Occidente para cambiar y poner gobiernos bajo la farsa en la que han convertido los derechos humanos, es cierta.

Venezuela ha de estar preparada y fortalecerse aún más en la diplomacia integral, en aumentar la audacia de la política internacional para continuar la lucha de llevar la verdad de manera concisa, contundente, permanente y multimodal a todos los sectores vivos del orbe.

No será fácil, por la desigualdad comunicacional y las actuales dificultades, pero tuvo a alguien que no se dejó vencer por ellas, he aquí su recomendación:

“La verdad pura y limpia es el mejor modo de persuadir” Simón Bolívar (Carta al General Rafael Urdaneta, 3 de agosto de 1829)


 Publicado por AiSUR
Premio Nacional de Periodismo Necesario Anibal Nazoa 2020


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