En el que es considerado un juicio histórico que terminaría con más de 30 años de impunidad, este 6 de abril un tribunal militar condenó a cadena perpetua a tres hombres por el asesinato del entonces mandatario de Burkina Faso, Thomas Sankara, ocurrido en 1987. Entre los sentenciados se encuentra el expresidente del país, Blaise Compaoré, quien sucedió en el Ejecutivo al asesinado líder.
34 años pasaron para conocerse la sentencia por el magnicidio de Thomas Sankara, considerado por algunos como el 'Che Guevara' africano.
Por el asesinato del expresidente de Burkina Faso, que gobernó entre 1984 y 1987, tres de los principales señalados fueron condenados a cadena perpetua.
El rostro más reconocido de quienes recibieron la máxima sentencia es el también exmandatario Blaise Compaoré, quien fue su amigo íntimo y compañero de armas con el que Sankara perpetró el golpe de Estado que lo llevó al poder a los 33 años.
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Burkina Faso's former president Blaise Compaoré was sentenced in absentia to life imprisonment over his role in the 1987 murder of his predecessor Thomas Sankara, a military court ruled on Wednesday —France24 pic.twitter.com/8kbQIlW1cd
La sentencia fue emitida este 6 de abril por un tribunal militar de Uagadugú, la capital del país. Sin embargo, Compaoré y su exjefe de seguridad, Hyacinthe Kafando, quienes han negado previamente cualquier participación en los hechos, fueron procesados en ausencia debido a que se encuentran exiliados.
"El tribunal declara culpables a Blaise Compaoré y Hyacinthe Kafando de ataque a la seguridad del Estado, complicidad en asesinato y ocultamiento de un cadáver", señaló el fallo.
El tercer condenado a la privación de la libertad de por vida, el general Gilbert Diendéré, ya cumple una pena de 20 años de cárcel tras liderar el intento de golpe de Estado, en septiembre de 2015.
Otros nueve hombres recibieron sentencias de entre los 9 y 20 años de cárcel. Y dos más de los acusados fueron declarados inocentes.
Thomas Sankara, héroe africano
Nacido en el seno de una familia cristiana el 21 de diciembre de 1949 en la localidad de Yako, a unos cien kilómetros de Uagadugú, hay quienes lo describen como un carismático revolucionario marxista.
Como admirador de la revolución cubana, estuvo inspirado por figuras como el entonces presidente de la isla, Fidel Castro o el fallecido guerrillero y político argentino nacionalizado cubano, Ernesto 'Che' Guevara. Y aunque no conoció al rebelde argentino, Sankara ha sido considerado el 'Che Guevara' africano por sus similitudes ideológicas.
Sankara siguió los pasos de su padre y comenzó la carrera militar en Madagascar cuando tenía 19 años. En 1972 volvió a su país, donde luchó en la guerra fronteriza entre Burkina Faso, entonces denominada Alto Volta, y Malí.
Cuatro años después, en 1976, conoció en Marruecos a Blaise Compaoré, que se convirtió en su amigo íntimo y compañero de lucha junto a quien el 4 de agosto de 1983 perpetró el golpe de Estado que lo llevó al poder.
Sankara asumió el Ejecutivo con la promesa de frustrar la corrupción y las influencias poscoloniales, denunciando la ayuda exterior como un mecanismo de control. Lanzó la vacunación masiva contra la poliomielitis, prohibió la circuncisión femenina y la poligamia, y fue uno de los primeros líderes africanos en reconocer públicamente la creciente epidemia de sida como una amenaza para el continente.
El también expiloto de combate ganó el apoyo público en la empobrecida nación al vender una flota de Mercedes Benz del gobierno, reducir el salario de los servidores públicos y prohibir los viajes de Estado en primera clase. Recortó su propio salario, se negó a trabajar con aire acondicionado y trotó por Uagadugú sin compañía.
No obstante, sus críticos señalan que sus reformas restringieron las libertades e hicieron poco por enriquecer a los ciudadanos del común. Para otros, la admiración permanece. Durante el pasado fin de semana, grupos de estudiantes se reunieron alrededor de flores blancas que marcaban el lugar donde le dispararon a Sankara.
Sankara fue asesinado en la capital de la nación de África occidental, a los 37 años.
La investigación sobre su asesinato estuvo bloqueada durante años por Compaoré, quien lo reemplazó como jefe de Estado hasta octubre de 2014, cuando fue depuesto en otro golpe de Estado y en medio de fuertes protestas tras intentar cambiar la Constitución para perpetuarse en el poder. Entonces se exilió en la vecina Costa de Marfil, donde se cree que aún vive.