Los residentes locales se apresuran a abastecerse de harina, sémola y otros víveres de la canasta básica en medio de la subida de precios.
La operación militar de Rusia en Ucrania ha provocado una subida en los precios de los alimentos en el norte de África, una región para la que ambos países son exportadores claves de trigo. Ante la llegada del Ramadán en abril, cuando los musulmanes rompen el ayuno con una abundancia de platillos al anochecer, y ante la incertidumbre que deparan las repercusiones geopolíticas, se observa todo un frenesí de compras mientras los residentes tratan de abastecer sus hogares con los productos más básicos, como la harina o la sémola, reporta AFP.
Túnez importa desde Ucrania casi la mitad de su trigo blando, que se usa para hacer pan. Según estimaciones de las autoridades locales, los suministros actuales les alcanzarán para tres meses. Sin embargo, en medio de la actual agitación ciudadana, en algunos supermercados del país se agotaron las reservas de harina o de sémola y empezó a escasear el azúcar.
Se reporta que las ventas diarias de sémola, utilizada para elaborar el tradicional cuscús, crecieron en un 700 % en los últimos días, al tiempo que las ventas de azúcar se triplicaron. Un panadero tunecino comentó a AFP que se vio obligado a pagar tres veces más por la harina que antes.
Entre otros países norteafricanos, Libia obtiene alrededor del 75 % de su trigo de Rusia y Ucrania, mientras que Marruecos también depende en gran medida de ambos países, al igual que varias otras naciones de la región.
En este contexto, varias voces temen que los acontecimientos en Ucrania puedan provocar hambre y disturbios en la región, recordando que a lo largo de la última década varios países árabes vivieron revueltas tras el aumento de los precios de los alimentos.