Por: Mónica Mancera-Pérez | @mujer_tambor
Nuestro recorrido por la vida nos da encuentros que de alguna manera impactan en nuestro quehacer, nuestra misión, que conscientemente asumimos como un hecho transcendental. Uno de ellos, en mi caso, es conocer a la profesora Demetria Casimira Monasterios Vásquez, con quien tengo el honor de encontrarme en la Escuela Nacional de Culturas Populares, proyecto que fundó y que forma parte de la Misión Cultura.
Casimira, mujer curiepera, barloventeña, afrovenezolana del estado Miranda. Dicho en su propia voz: “Orgullosa de mis raíces afrodescendientes, de nuestra historia curiepera, pueblo fundado por negros libres, del pueblo barloventeño generador de riquezas, hasta ahora para el disfrute de otros y otras y no para los hijos e hijas de esa tierra ardiente y del cacao”.
Esa plenitud de defensa de la historia, cultura y naturaleza da lugar a sus herencias; provenientes de su madre de San José de Barlovento y su padre de Curiepe, quienes dan a luz en Las Martínez de Tacarigua de Mamporal. Crece al lado de su abuela paterna Dolores Monasterios, de sus tías, primos, primas.
En ese ser curiepera pasa por todos ciclos de la evangelización cristiano católica: asistía de niña como era la obligación a misas de domingo y a todas las fiestas de guardar. A las Flores de María; que con esmero recogía flores en el pueblo en el mes de mayo para adornar la Virgen. También parrandera para recibir al Niño Jesús de Curiepe en el mamón; hasta recorrer de Higuerote a Curiepe por el camino colonial para acompañar a su prima a pagar promesa al Niño Jesús. Sin contar con el temor que llegó a sentir el día de Corpus Christi; pues cuenta: “(El) diablo anda suelto ese día y la emoción de ir a las diferentes casas a buscar los objetos para realizar el altar de nuestra esquina, el más bonito de Curiepe”.
Cada fiesta patronal, cada carnaval, cada entierro de la sardina, momentos de niñez y juventud vividos a plenitud; acompañados de la refrescante visita al río Curiepe tanto en Curiepe como Birongo y Salgado. Allí jugaba y se deleitaba con sabrosos sancochos. En Curiepe al “vecino se le respeta y se le considera”. El valor profundo de la amistad y el amor por la tierra que entre juegos su abuela le enseñó; cuando en algunos sábados o feriados la acercaba al conuco El Corozo y alguna vez al Otro lado. Esos aprendizajes que de adulta la llevaron a “valorar el trabajo del campesino y la tierra como gran dadora de vida”.
Valores de nuestra gente y nuestros saberes de lo afrovenezolano, afrodescendiente y africano. Hace que nos dibuje la unión indeleble a su cultura, las manifestaciones tradicionales curieperas y sus expresiones artísticas; y nos envuelva ella a través de la tesis Curiepe, Teatro y Danza en Barlovento, un estudio desarrollado para obtener la licenciatura en Historia del Arte; en la Universidad de La Habana, Cuba.
Con esa labor académica inicia, en la década de los ochenta, la visibilidad a escala internacional de lo que sucede en su natal Curiepe. Es su primera semilla como investigadora de la cultura popular tradicional venezolana, en particular de la cultura afrovenezolana. Pasa entre experiencias laborales diversas y estudios permanentes; obtiene el título de Magíster en Arte, Mención Estética, en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador – Instituto Pedagógico de Caracas. En la actualidad se desempeña en Caracas como Directora del Museo Nacional de las Culturas y de la Casa Museo Cuadra de Bolívar, ambos pertenecientes al Centro Nacional de Estudios Históricos; institución adscrita a la Presidencia de la República. También es docente de Proyecto Artístico Comunitario en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Unearte) y enlace territorial de Unearte Extensión Barlovento. Esta casa de estudios le otorgó el título de Maestra Honoraria.
En sus propias palabras, la maestra Casimira es: “Una enamorada de la danza tradicional venezolana, latinoamericana y caribeña, de todas las danzas tradicionales del mundo. Amo la danza como expresión del ser que solo depende de quien baila, de quien danza. No necesita más el bailador/a, él y la danzante que de sí mismo. De su sentido de libertad. Cuando bailo tambor soy totalmente libre, el tambor nos reconcilia como individualidad y como pueblo con nuestro propio ser (física, mental y espiritualmente)”.
Danzar consigo misma, bailar en libertad en el repicar del tambor que lleva a cada instante, en cada latido. En cada coordinación de equipos como la Escuela de Líderes y Liderezas del Proyecto de Cadena Agroproductivas de Barlovento. En cada investigación, en cada rol como documentalista, curadora de museo, docente de danzas tradicionales venezolanas y educación estética. En cada participación y ponencia en simposios, seminarios y encuentros; charlas, conversatorios y conferencias sobre la cultura popular afrovenezolana y la estética popular. Como jurado seleccionador y calificador del Premio Nacional de Danza, y del Premio Nacional de Cultura Popular.
“Militante de la inclusión y del amor entre iguales. Por eso lucho por un mundo de iguales y entre iguales, un mundo de justicia para que haya paz. Parafraseando a Aquiles creo en la amistad, en la educación y en mí misma”. Así se define a sí misma la maestra Casimira. Tal como su predecesora la maestra Argelia Laya, quien conquistó en 1970 un curul en el Congreso Nacional, como primera mujer afrodescendiente, y desde allí luchó incesantemente en la agenda legislativa por nosotras, las mujeres venezolanas.
Hoy, Casimira Monasterio, siempre en vindicación de nuestro ser afro, va a la Asamblea. Sus saberes al servicio de seguir siendo reconocidos desde lo legislativo; tarea urgente y necesaria.
Desde la AfroUrbe, Casimira es un ejemplo digno de admiración para nosotras cimarroneras de la presente generación. Ella nos inspira a seguir, a ser ejemplo en que por primera vez se valora abiertamente lo afrodescendiente en la Asamblea Nacional.
¡Todas somos Argelia, todas somos Casimira! ¡Nosotras somos su legado y nos corresponde seguir!
¡Pueblo Afro pa’ la Asamblea!
Fuente: Ciudad Ccs
Publicado por AiSUR.
Premio nacional de Periodismo Alternativo Aquiles Nazoa 2020