Muchas energías deberá gastar el presidente de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, para neutralizar el intento de balcanización que ocurre en el oriente del país, donde la violencia se multiplica por día.
A pocos meses de suceder a Joseph Kabila Kabange en el cargo, el exopositor e hijo de EtienneTshisekedi, percibe que todo no es querer, sino poder encauzar los eventos de la región de los Kivus para evitar que la ingobernabilidad lo arrastre y eche a tierra su proyecto de construcción del Estado.
El gobernante, quien navegó mejor que su progenitor, quien sufrió los excesos del ‘mobutismo’, durante su participación en tres ocasiones como jefe del gabinete en 1991, 1992 y 1993; así como fue encarcelado tanto por Mobutu SeseSeko como por el jefe rebelde Laurent Desire Kabila, vencedor de la guerra de 1997. Félix ascendió a la máxima autoridad tras su postulación por el opositor partido de la Unión para la Democracia y el Progreso Social (UDPS), con el cual derrotó electoralmente a Joseph Kabila, pero todo eso es agua pasada. Lo actual es el desafío del flamante presidente de detener la violencia, instrumento desestabilizador.
El mandatario dio un paso importante en cuanto a la tormentosa región oriental, al lograr que 32 grupos armados se comprometieran en el curso de un encuentro a respetar un alto el fuego en Kivu del Sur, lo que siendo un corto paso es algo significativo para la RDC.
Un centenar de personas, entre ellas 32 pequeños grupos armados, el ejército, la policía, la sociedad civil y diputados nacionales y provinciales participaron en esta reunión, que se celebró del 18 al 20 de diciembre en Murhesa, cerca de Bukavu, la capital de Kivu del Sur’, sintetizó un comunicado.
SIN CAMBIOS
Sin embargo la situación aún es muy incómoda, pues ese pacto no acaba de cerrar el ciclo de tensiones avivadas en el este del país por facciones que izan estandartes políticos y otras que son bandas de delincuentes, y aunque la diferencia es notable de cerca, de lejos ?desde el observatorio internacional- la disimilitud se pierde.
La región del este congoleño (Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri, especialmente) sufre de repetidos ataques violentos desde hace 25 años, y 130 grupos armados se encuentran activos, según el grupo de estudio sobre Congo (GEC) de la Universidad de Nueva York’, cita infobae.com.
En el fondo, la disputa que parece eternizarse en el este del Congo Democrático es ante todo por la riqueza mineral existente allí, de la cual dependen los grupos beligerantes para su abastecimiento logístico en general y para poder negociar desde una posición de fuerza con las autoridades.
Es muy rentable hacer saltar cada cierto tiempo los resortes de la violencia a fin de mostrar que la amenaza no cesa en esa zona, donde también se registran pugnas entre comunidades en un ámbito donde escasea la cordura y sobran las armas en manos de irresponsables.
Pero lo que ocurre en el Congo Democrático tiene implicaciones en los países vecinos de Ruanda y Uganda, toda vez que en el fondo persiste una conexión de intereses entre esos grupos armados en relación con los llamados minerales de sangre, es decir extraídos de zonas consideradas escenarios de conflictos bélicos.
En 2019 el ejército de la RDC avanzó en las labores de seguridad, cuando en septiembre aniquiló a Sylvestre Mudacumura, un comandante de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), y en noviembre al jefe rebelde hutu Juvenal Musabimana, un individuo vinculado con el genocidio de 1994.
También las fuerzas armadas congoleñas abatieron a Mohamed Mukubwa, uno de los cabecillas rebeldes de las ugandesas Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), tras la incursión de un comando de la organización contra una localidad del nordeste en la incursión de un comando de la organización contra una localidad del nordeste en la cual asesinaron a 13 civiles
RIQUEZAS Y VIOLENCIA
La República Democrática del Congo es un destino de interés para las firmas transnacionales que se benefician, pese a la violencia, con las ventajas económicas que le ofrece el país, entre ellas el abaratamiento de la fuerza de trabajo y los bajos costos en las inversiones.
Esa situación persiste e incluso hay denuncias de organizaciones humanitarias sobre las condiciones en que laboran quienes extraen oro, coltán (tan requerido por la tecnología de punta) o diamantes, e incluso medios de la prensa occidental se hicieron eco de la explotación del trabajo infantil.
Por otra parte, son inconsecuentes los ataques ocurridos en el oriente congoleño contra personal de salud que enfrenta al brote de ébola, agresiones que ponen en riesgo las intenciones de dar la cobertura médica requerida y plantea la disyuntiva de que las organizaciones afectadas retiren de esas zonas a trabajadores y funcionarios.
En las localidades de Biakato y Mangina tales agresiones resultaron más mortales en relación con las ejecutadas contra los grupos de profesionales de la salud durante el más reciente brote de la epidemia, apuntó el sitio France 24.
La violencia interrumpió las actividades contra el ébola en la región de Beni, donde cientos de civiles perecieron desde el 5 de noviembre pasado en asesinatos atribuidos al grupo armado ADF, coincidiendo con una semana de manifestaciones contra los cascos azules de la ONU en la región.
El presidente Tshisekedi manifestó el 15 de noviembre que la epidemia debía estar erradicada para fin del año pasado, pero eso lo obstaculizan los asaltos contra el personal médico que lucha para detener la dolencia y aunque las cifras de pacientes disminuyeron no ocurrió así con la incertidumbre generada por el terror.
No obstante, el peligro epidemiológico no se concentró solo en el este. Un dato de Médicos Sin Fronteras del noroeste y del centro del Congo Democrático alarma, se refiere al aumento de casos de sarampión, enfermedad que ya mató a más de cinco mil personas en 2019 y cuyo brote actual se considera el más grande del mundo.
En esta nueva etapa, el gobierno de la República Democrática del Congo enfrenta grandes desafíos que deberá vencer, pues además de reorientar el país hacia la paz en el oriente, deberá forzarlo a reponer la gobernabilidad herida y a construir un Estado que logre poner en función todas sus muchas potencialidades y riquezas.
Ese sería el beneficio de la distensión en el este del Congo Democrático, donde se podría concebir el sueño de desarrollo y de buena convivencia del continente africano en su conjunto, tal es la importancia de la estabilidad en la RDC?la interrogante sería: ¿hasta dónde y cuándo el nuevo mandatario podrá lograr ese objetivo?