El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, honró el lunes el Día Internacional de Conmemoración y Dignidad de las Víctimas del Delito de Genocidio, con comentarios que instaron a una intervención temprana ante las primeras señales de advertencia de la amenaza.
"En todo el mundo, estamos viendo un aumento alarmante de xenofobia, racismo, antisemitismo, odio antimusulmán y ataques contra cristianos, a menudo alimentados por ideologías nacionalistas y populistas", dijo Guterres.
"Es importante en este día reconocer que el Holocausto no comenzó con las cámaras de gas, ni los genocidios en Ruanda, Srebrenica o Camboya comenzaron con asesinatos en masa", agregó. "Todos fueron precedidos por la discriminación, el discurso de odio, la incitación a la violencia y la deshumanización del 'otro'".
De hecho, el mundo ha fracasado con demasiada frecuencia cuando las poblaciones enfrentan crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra y limpieza étnica. "Los ejemplos son muchos, y los conocemos bien, pero siguen siendo un flagelo, incluso hoy en día, causando un gran sufrimiento", agregó Guterres. "Y el impacto devastador en las víctimas, las comunidades y la sociedad en su conjunto puede llevar generaciones para superar y sanar".
Guterres dijo que cuando vemos a las personas convertirse en objetivos simplemente por quiénes son, debemos actuar para protegerlos. "Al promover una cultura de paz y no violencia que incluya el respeto por la diversidad y la no discriminación, podemos construir sociedades que sean resistentes al riesgo de genocidio", dijo.
Los líderes religiosos, los medios de comunicación, los maestros y otros juegan un papel en la promoción de tales sociedades.