Por segundo día consecutivo la capital de Haití amaneció hoy parcialmente paralizada, tras la convocatoria a huelga general lanzada por sindicatos, organizaciones sociales y partidos políticos, que piden la renuncia del presidente, Jovenel Moise.
Aún no se reanudó con normalidad la transportación colectiva, algunas escuelas e instituciones permanecen cerradas, aunque varios centros comerciales, farmacias, bancos, estaciones de combustible y restaurantes reanudaron sus servicios.
La víspera, el primer ministro nombrado, Jean Michel Lapin, dijo a una emisora local que la dimisión del mandatario 'nunca se planteó en sus conversaciones', en alusión a la demanda de la oposición y organizaciones sociales.
El jefe de Gobierno llamó a apegarse a la Constitución y la legalidad y pidió esperar hasta el final del mandato del gobernante, para la acusación por supuestos malos manejos de los fondos públicos.
También el ministro de Educación, Pierre Josué Argenor Cadet, llamó a proteger los logros escolares y permitir que los niños tengan acceso a la educación en todas las circunstancias.
'Tenemos la obligación de evitar que la escuela sufra conmociones políticas', aseveró el titular en un comunicado.
Las protestas de este domingo llegaron a varias ciudades del país, y de acuerdo con fuentes oficiales, al menos dos personas murieron, otras cuatro resultaron heridas, entre ellas un policía, mientras que las fuerzas del orden arrestaron a una docena de individuos en los 10 departamentos del país.
Este lunes continuaron manifestaciones a menor escala, en las cuales se registraron actos de vandalismo, bloqueo de carreteras, barricadas de neumáticos en llamas y ataques a un centro de trasmisión de radio y televisión.