“Estamos categóricamente en contra de una intervención militar. El uso de la fuerza solo puede ser autorizado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), o utilizada en respuesta a una agresión contra un Estado soberano. En Venezuela no se observa nada parecido a esto”, ha afirmado este lunes Lavrov.
El ministro de Exteriores ruso ha celebrado en esta misma jornada una reunión con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, en el marco de un foro internacional en Rovaniemi (Finlandia), donde abordaron la actual coyuntura que atraviesa Venezuela, entre otros temas.
En declaraciones a los periodistas tras el encuentro, Lavrov ha asegurado que ni siquiera en EEUU hay partidarios de una solución militar para Venezuela y aboga por la vía política para solventar la cuestión.
“Entre mis contactos con colegas estadounidenses, europeos y latinoamericanos no veo partidarios de una solución militar imprudente (en Venezuela)”, ha señalado.
El jefe de la Diplomacia rusa ha expresado, asimismo, la esperanza de que esta comprensión se convierta en una política práctica y que no se baraje una intervención militar como la única solución viable para resolver la situación en el país bolivariano.
Horas antes, el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza había sostenido un encuentro con Lavrov, donde ambos analizaron las hostilidades de Washington en contra de Caracas en los sectores militar y económico.
La carga intervencionista de EEUU sobre Venezuela se ha acrecentado en los últimos meses luego de que Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional (AN) —de mayoría opositora y en desacato desde 2016— se haya auto proclamado mandatario “interino” del país con apoyo explícito de Washington.
Así pues, mientras Caracas aboga por un diálogo constructivo que resuelva las divergencias políticas existentes entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana, Washington dirige su mirada hacia una intervención militar para zanjar la crisis en Venezuela.