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Opinión

Sudán: ¿se acerca el país al fin de la crisis?

  Abdel Fattah Abdelrahman BurhanAbdel Fattah Abdelrahman Burhan

Desde que Omar al-Bashir fuese derrocado a mediados de abril, tras estar al frente de Sudán durante tres décadas, el país se ha visto sumido en una profunda crisis política, económica y social caracterizada por oleadas de protestas y la presencia de diversas fuerzas militares y de seguridad en las calles, lo que ha llevado a episodios violentos, así como arrestos y matanzas en masa.

El Consejo Militar de Transición (TMC) que tomó las riendas del país, encabezado por el Teniente General Abdel Fattah Abdelrahman Burhan, ha fracasado varias veces a la hora de llegar a un acuerdo con la oposición civil, liderada por la Alianza para la Libertad y el Cambio (AFC) y la Asociación de Profesionales Sudaneses (SPA), compuesta mayormente por profesionales sanitarios y abogados. Estas negociaciones se han visto afectadas por la actuación de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), cuyo comandante, Mohamed Hamdan "Hemeti" Dagolo, ha ejercido el papel de vicepresidente del TMC y al que se atribuye la responsabilidad de decenas de ataques contra manifestantes en las calles de la capital del país, Jartum.

No obstante, tras una huelga general, la suspensión de Sudán como miembro de la Unión Africana y la intervención de Etiopía como mediador entre las partes que ostentan el poder, Sudán parece ver la luz al final del túnel. La red se volvió #AzulPorSudán, se levantó el veto a internet y los presos políticos fueron liberados, pero a día de hoy, ¿dónde nos encontramos?

La declaración constitucional

Los acuerdos a los que llegaron el TMC y la AFC a principios de julio, por los cuales se turnarían a la cabeza del Consejo Soberano de Transición (CST) durante un total de 39 meses (liderado en primer lugar por el TMC durante 21 meses y, a continuación, por la AFC durante los 18 meses restantes) se formalizaron el pasado 4 de agosto en una declaración constitucional que, además, establece las líneas por las cuales compartirán el poder el TMC y la oposición antes de la celebración de elecciones en 2022.

La esperada declaración constitucional incluía las directrices por las cuales se ha conformado no sólo este cuerpo, sino también un gabinete de gobierno y un cuerpo legislativo independiente. Este último tiene previsto formarse en los próximos días, con un máximo de 300 miembros de los cuales al menos el 40% serán mujeres y el 67% serán elegidos por la AFC. El 33% de los miembros restantes serán elegidos por otros grupos políticos no relacionados con al-Bashir.

La repartición de poderes también se refleja en la composición del gabinete de gobierno o Consejo de Ministros, así como la elección del primer ministro que corresponde en su totalidad a la AFC, a excepción de los Ministros de Interior y Defensa elegidos por el TMC.

Entre otras medidas, destacan las siguientes:

- Las Fuerzas Armadas de Sudán y sus Fuerzas de Apoyo Rápido paramilitares estarán dirigidas por el comandante de las Fuerzas Armadas, que también es el jefe del Consejo Soberano.

- El Consejo de Ministros puede pedir al Consejo Soberano que anuncie un estado de emergencia nacional si la unidad y la seguridad del país están en peligro. Dicha solicitud debe presentarse al consejo legislativo en un plazo de 15 días y quedará sin efecto si la asamblea no la aprueba.

- En los próximos seis meses se elaborarán nuevas políticas en consulta con grupos armados de diversas regiones del país para lograr una paz amplia y duradera.

Además, la declaración incluye un capítulo de derechos y libertades de los ciudadanos sudaneses:

Todas las personas son iguales ante la ley.

Nadie podrá ser detenido arbitrariamente a menos que lo justifique la ley.

Nadie será sometido a tortura, humillación o malos tratos.

El Estado protegerá los derechos sociales, civiles, políticos, culturales y económicos de la mujer, que serán iguales a los del hombre.

Toda persona tiene derecho a un juicio justo; el acusado es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad de conformidad con la ley.

Todo ciudadano tiene derecho a expresarse libremente y sin limitaciones, y tiene derecho a recibir o publicar información y a acceder a los medios de comunicación de conformidad con la ley.

Todo ciudadano tiene derecho a acceder a Internet de conformidad con la ley.

Toda persona tiene derecho a reunirse pacíficamente y a crear y/o afiliarse a partidos políticos, ONG, sindicatos y sindicatos profesionales.

¿Quiénes dirigen Sudán?

Tras la puesta en vigor de la declaración constitucional, el Consejo Soberano ha quedado constituido como el órgano encargado de supervisar la actividad de los otros dos, convirtiéndolo así en el ente con más poder político en Sudán. Además, la medida estrella de las negociaciones del TMC, ha garantizado inmunidad para los militares a los que la oposición acusó de crímenes contra la humanidad por episodios como la masacre de Jartum, a menos que una mayoría del cuerpo legislativo decidiese lo contrario. Así, el Consejo Soberano ha quedado formado por:

Cinco miembros del ya extinto TMC, entre los que se encuentran el teniente general Burhan (ahora líder del CST) y Hemeti, que sigue a la cabeza de las RSF. Cierran la cuota de militares Yasser Atta, Ibrahim Gaber y Shams al-Din Kabashi, el que fuera portavoz del TMC.

Cinco civiles nombrados por la oposición; el exparlamentario Hassan Mohammed Idris Qadi, el profesor de Física de la Universidad de Al-Neelain Al-Siddiq Tawer Kafi, el periodista Mohammed al-Fekki Suleiman, Ayesha Musa Saeed, profesora de Literatura Árabe de la Universidad de Jartum y Raja Nicola Issa Abdul-Masseh, abogada y jueza cristiana elegida para representar la tolerancia y diversidad religiosa en el país, según la agencia EFE.

El último miembro del CST, nombrado por el consenso de los diez restantes, es el juez Mohamed Osman Hassan al-Taayeshi.

Si bien se espera que durante las próximas horas se confirmen los nombres de las personas que ostentarán las distintas carteras en el gobierno de Sudán, el país ya cuenta con un nuevo Primer Ministro: el economista Abdalla Hamdok.

Además y tras la nominación de la AFC, el ex juez y activista de derechos humanos, Mohamed Allhafiz Mahmoud ha sido nombrado fiscal general, y Abdelqadir Mohamed Ahmed, jefe del poder judicial.

Hamdok y los retos a los que se enfrenta el Primer Ministro

Apenas unas horas después de que los miembros del Consejo Soberano jurasen sus cargos, se confirmó lo que las encuestas habían estipulado desde el comienzo de la transición en Sudán: Abdalla Hamdok pasaría a ser la cabeza del Ejecutivo sudanés, convirtiéndose en el primer civil que ostenta este cargo en los últimos treinta años. Tras haber trabajado para la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Banco Africano de Desarrollo e incluso haber ejercido como secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, Hamdok se pone a la cabeza de un Consejo de Ministros del cual aun sólo se barajan nombres, entre los que figuran la que sería la primera mujer ministra de Relaciones Exteriores y un execonomista del Banco Mundial como su ministro de Finanzas.

Economista veterano, de Hamdok se espera que se centre en sacar la economía sudanesa del deplorable estado en el que se encuentra, integrándola en una economía mundial a la que se le ha dificultado el acceso tras dos décadas de sanciones estadounidenses. Además, se espera que se sirva de su experiencia y conexiones en las instituciones internacionales para que Sudán deje de estar en la “lista negra” de países que financian actividades terroristas de Estados Unidos, lo cual permitiría el acceso de la nación a ayudas de instituciones económicas y financieras internacionales como el FMI y el Banco Mundial.

Al-Bashir frente a la justicia

El proceso judicial contra el derrocado al-Bashir, al que se acusa de posesión ilegal de divisas y corrupción, comenzó el pasado 19 de agosto. Mientras respondía a las preguntas desde una jaula en los juzgados de Jartum, confesó haber recibido 25 millones de dólares de Mohamed bin Salman, el príncipe heredero saudí, además de otros 65 millones del difunto rey saudí Abdalá Abdulaziz y un cheque por un millón de dólares expedido por el presidente emiratí Jalifa bin Zayed. Al-Bashir admitió no haber rechazado el dinero saudí por “no querer molestar a un país que mantenía relaciones especiales con Sudán” si bien desconocía el porqué había recibido el dinero en primer lugar. Tras estas declaraciones, el tribunal rechazó la petición de la defensa de dejar a al-Bashir en libertad bajo fianza.

A pesar de que el que fuera líder de Sudán durante 30 años también ha sido acusado de asesinatos durante las manifestaciones que llevaron a su caída del poder, desde diciembre del año pasado hasta abril, aun se desconoce cuándo hará frente a tales acusaciones, oficialmente presentadas por el fiscal general de Sudán el pasado mes de mayo. Además, la Corte Penal Internacional quiere llevarlo a juicio bajo acusación de crímenes de guerra y genocidio durante el conflicto de Darfur.

El impredecible futuro de Sudán

En las próximas horas se formarán el Consejo de Ministros y el cuerpo legislativo para los tres próximos años, que pretenden ser una etapa transitoria previa a la celebración de elecciones libres. Pero a Sudán le sigue faltando una figura clave en este nuevo periodo político: un jefe de Estado.

Tras la destitución de al-Bashir, Burhan se convirtió en el jefe de Estado de facto al asumir el liderazgo del TMC y, como continuación de este cuerpo, sigue ostentando la presidencia del actual Consejo Soberano. Bien es cierto que no ha habido ninguna confirmación formal de que el teniente general sea propuesto a la jefatura del Estado sudanés, pero también sería ingenuo asumir que el cargo como tal se extinga en favor de una dirección conjunta, donde la oposición controla 6 de los 11 asientos que lo conforman.

Por si fuera poco, el Consejo Soberano se perfila como el supervisor de la actividad de un gobierno donde el ejército mantiene el control de dos de las carteras con más peso en la futura estabilidad de Sudán (Interior y Defensa), por lo que las expectativas de una actuación estelar recaen sobre Hamdok y la AFC para impulsar a Sudán durante la transición.

La pregunta de si son capaces o no de llevar a buen puerto los altos índices de desempleo e inflación permanece sin respuesta, pero lo que sí parece claro es el entusiasmo de una población que tras meses en las calles ven cómo el gobierno civil que reclamaban comienza a formarse, pero bajo la supervisión del antigo TMC.


Fuente y autora: Fundación Sur / Ángela Martínez
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