Vexilología o las historias que se esconden detrás de cada bandera
Nadie podría afirmar a ciencia cierta cuándo se izó la primera bandera; sin embargo, se tiene conocimiento de que desde tiempos muy remotos el acto de colgar elementos representativos a cierta altura ha servido como mecanismo de identidad, referencia o autoridad para los seres humanos.
Vendría de la mano de los romanos la introducción de la denominación vexillium, término que haría referencia a la adopción de una figura estándar con forma de tela cuadriculada. Este proceso evolutivo va a continuar durante la Edad Media. Es en esta etapa cuando se comienza a dar uso a la palabra bandera (término germánico bandra, que significa signo), como mecanismo para señalar el pabellón que mostraba cada grupo, región o reparto en los ejércitos.
Con la llegada de las revoluciones americana y francesa, a finales del siglo XVIII, surgen las banderas nacionales (y por analogía, y a distinto nivel, las regionales, provinciales, comarcales y municipales), lo cual le otorga un nuevo significado al término, al representar ahora al conjunto de ciudadanos de un determinado territorio.
Hoy en día todos los estados ostentan una bandera que entiende sintetizar los símbolos y colores de su identidad nacional y cultural. En ellas se vislumbra el dolor, la guerra, la esperanza, la paz, la religión...elementos que se ven reflejados en los colores que las componen. El rojo simboliza la valentía, el coraje, la pasión, pero también la sangre que derramaron los hombres para alcanzar la libertad de su pueblo. Por su lado, el negro representa espiritualidad, abstención, pero también el sometimiento de la raza negra por los poderes dominantes de todos los tiempos, provocándoles dolor y sufrimiento. Finalmente, el verde hace referencia a los países árabes como símbolo de la religión musulmana, pero también alude a la fertilidad de las tierras.
En el caso de los atributos de piezas heráldicas sucede lo mismo. Por lo que cuando estos se disponen en la bandera siempre representan al país o región que los ha adoptado, y de acuerdo con la ubicación que se le asigne, obtienen un grado de significación e importancia determinado.
La ciencia que estudia las banderas: la vexilología
Sabemos ya el origen de la bandera tal y como hoy la conocemos, pero ¿y la ciencia que lo ha estudiado y estudia? ¿Y la vexilología? El término vexilología procede de la palabra latina vexillum y del griego logos (conocimiento).
Y ¿de qué se encarga exactamente? Siendo lo más explícito posible se puede definir como la corriente que, por un lado, registra la historia, y por otro, se dedica al diseño de las banderas nacionales, así como del resto de niveles estatales.
A nivel internacional la Fédération Internationale des Associations Vexillologiques la define como “la creación y desarrollo de un cuerpo de conocimiento relacionado con banderas de todo tipo, sus formas y funciones, teorías científicas y principios basados en este conocimiento”. En el campo práctico, la vexilología se ha caracterizado por su escasa producción.
Sera Ottfried Neubecker quien comience a denominar este tipo de estudios como "Flaggenkunde"; mientras que el neologismo de la inglesa vexilology será introducido por Whitney Smith (1957), dándole de este modo el impulso como ciencia auxiliar de la Historia.
Dos ejemplos del uso de la vexilología en África
Las dos principales poblaciones europeas en Sudáfrica, los holandeses (afrikaners) y los ingleses, trajeron consigo banderas cuyo uso persistió hasta 1994. El diseño tricolor (naranja-azul-blanco), propio del siglo XVII en Holanda, sería la base de la bandera nacional izada oficialmente 31 de mayo de 1928 por la Unión de Sudáfrica.
Bandera antigua de Sudáfrica
La British Union Jack y las banderas de Transvaal y el Estado Libre de Orange se añadieron como elementos centrales de una bandera que se caracterizó por la ausencia de cualquier símbolo que hiciese referencia a la mayoría abrumadora de la población: africanos negros, mestizos y habitantes de la India.
El fin de la era del apartheid estuvo marcado por la llegada del sufragio universal en abril de 1994, dando lugar a una fuerte victoria de los partidarios del Congreso Nacional Africano (ANC). Muchos blancos temían que el diseño tricolor horizontal negro-verde-amarillo de la ANC (que representaba a los negros africanos, la tierra y la riqueza mineral) se pusiera como la bandera nacional.
Sin embargo, el nuevo diseño, izado el 27 de abril de ese mismo año, acabo siendo un compromiso con la representación de todos los segmentos de la población sudafricana. Diseñada por Frederick Brownell, tiene como símbolo principal la forma de Y, elemento con el que se buscaba expresar los caminos convergentes, la fusión de la historia y las realidades políticas, así como el inicio de un futuro próspero basado en la unidad.
Bandera actual de Sudáfrica
Conformada por la combinación de seis colores, algunos afirman que podría estar relacionado con varios grupos: el rojo-blanco-azul para los ingleses y los afrikaners; el verde para los musulmanes; el negro-verde-amarillo para los partidarios del ANC; o el rojo-negro-amarillo-verde-blanco por los zulúes, y así sucesivamente.
Sin embargo, de forma intencional y en contraste con la mayoría de las banderas nacionales modernas, el nuevo diseño de la bandera sudafricana evita de forma explícita cualquier combinación simbólica en los colores, ya que esta cuestión era considerada como la intromisión en un "terreno peligroso."
En cuanto a Costa de Marfil, con el referéndum de la Quinta República francesa de 1958 se les daba a las colonias galas la oportunidad de convertirse en territorios autónomos (independientes) o seguir como una parte de Francia. Costa de Marfil eligió la primera, por lo que paso a adoptar la independencia el 4 de diciembre de 1859.
Bandera de Costa de Marfil
Félix Houphouët-Boigny, que había servido como miembro de la Asamblea Nacional, además de trabajar como presidente del gabinete de gobierno de Francia (antes de convertirse en presidente de su país natal), acabó demostrando una enorme admiración por la cultura francesa. Algo que se vio reflejado en la continuación de las estrechas relaciones con la metrópolis tras la independencia.
Por este motivo, se rechazaron los colores panafricanos (verde, amarillo y rojo), que ya habían influenciado en países miembros de los Estados de África Occidental, y se adoptó el diseño tricolor francés. La elección de los colores de la bandera de Costa de Marfil expresa la naturaleza conservadora del gobierno de Houphouët-Boigny.
Las tres franjas verticales, que son de color naranja, blanco y verde, pretendían (en el momento de su conformación) reflejar la esencia de una juventud que buscaba el desarrollo nacional. Así mismo, las tres rayas expresaban el lema nacional: "Unidad, Disciplina, Trabajo".
En cuanto al simbolismo de los colores se dice que el naranja hace referencia al crecimiento nacional dinámico; que el blanco expresa la paz, el desarrollo de la pureza y la unidad de todos los ciudadanos; y que el verde representa la esperanza en el futuro nacional. Además, de forma extraoficial, el verde podría aludir a los espesos bosques vírgenes de la costa sur del país, el naranja a las sabanas del norte y sus pastizales, y el blanco presentarse como un símbolo de sus ríos.
Tal y como hemos visto las banderas cuentan historias, sentimientos y cultura nacional. Descifrándonos acontecimientos relevantes del país al que representan, algo que en nuestros casos de estudio se ve reflejado en los procesos de conformación de sus estados-nación.
Con Costa de Marfil se refleja la búsqueda de una continuidad con símbolos que le unen a Francia. En el caso de Sudáfrica esto se plasma en una ruptura con el ex régimen racista, así como en la integración de su pluralidad cultural y étnica a la simbología nacional.