Gamal Abdel Nasser
Colección "Rostros Revolucionarios" del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños - Ilustración: Jorge Cruz
Egipto fue quedando difuso en los conocimientos de los venezolanos. Hasta la historia de esta gran cultura africana. No fue un hecho aislado, formó parte del ocultar a África a los ojos de Sur. No obstante, por la maravillas de sus monumentos como las pirámides, el majestuoso Nilo, la personalidad de los faraones, es imposible desconocer a Egipto. Aunque no falta quien crea que es un país del Golfo Pérsico (Medio Oriente).
Gracias al río Nilo, majestuoso caudal de agua dulce que se desprende del África Oriental que baña Etiopía y surca por completo al inmenso Sudán, se constituyó la maravillosa cultura hídrica en medio del desierto.
En el año 341, Egipto pierde su independencia, para ser dominado sucesivamente por romanos, griegos y árabes hasta 1805 cuando recupera su independencia. Para este momento la religión de los faraones, la de los muchos dioses, había sido remplazada por el Islam. El atractivo que significaba el canal de Suez, el ser el país bisagra entre oriente y occidente, sus riquezas naturales, no tardarían en hacerlo presa del imperio Británico, la primera potencia mundial en 1882.
Los ingleses usaron la humillante estrategia de convertir al gran Egipto de la escrituras en un protectorado inglés. Años de guerra de resistencia significaría el ultraje imperial.
Nasser, faraón de la libertad, paladín del socialismo
De origen humilde, nacido en 1918 en la provincia de Asiut Nasser ingresó en la Academia Militar en 1938, en plena guerra de resistencia. En 1949 funda la Organización de Militares Libres con la cual daría el golpe de estado que derrocó al rey Faruq I, súbdito de Gran Bretaña.
La organización de los Militares Libres, estaba constituida originalmente por jóvenes oficiales nacionalistas de la Academia Militar que compartían la preocupación por el deterioro de su país y por el saqueo al cual era sometido por el imperio. Los Militares Libres pregonaban su opinión a través del periódico clandestino Voz de los Oficiales Libres. La publicación tenía como lema “Representante de la nueva ideología: nacionalismo árabe, lucha contra cualquier potencia colonial y en especial contra los británicos, instauración de una república laica y defensa de los principios del socialismo”, toda una declaración de principios e identificación del enemigo imperial.
Nasser tenía claro que democracia y socialismo son inseparables: La democracia y el socialismo son una y la misma extensión de la acción revolucionaria. Democracia es la libertad política, el socialismo la libertad social. Es imposible separarlos. Estas son las dos alas de la libertad verdadera. Sin ellos o sin uno o el otro, la libertad no puede volar hacia el horizonte de la esperanza.
El Egipto que encontró Nasser, distaba mucho de la otrora cultura hídrica que alimentaba con su producción agrícola a otras naciones. Al finalizar la Segunda Gran Guerra Europea (la que los historicistas llaman “mundial”) Egipto era un inmenso desierto con sólo un cinco por ciento de superficie cultivable. La mayor parte de las escasas tierras fértiles estaban en manos de unas cuantas familias enriquecidas a costa de los miserables y paupérrimos campesinos sin tierra que formaban la inmensa mayoría de la población.
En la cumbre de esa pirámide social se hallaba encaramado el rey Faruk, el hombre más rico del país y el más ambicioso. Cuando Nasser llega al poder, con apenas 34 años, proclama la República y constituye un Consejo Directivo de la Revolución. El 23 de junio de 1956, fue elegido presidente de la República. Sus acciones nacionalistas no se hicieron esperar.
En un discurso en la emblemática Alejandría anunció la nacionalización del canal de Suez. Esta acción desencadenó la movilización militar de Francia, Gran Bretaña e Israel que planearon recuperar el canal, invadir El Cairo y destituir a Nasser. No obstante la opinión pública internacional y el ultimátum lanzado por la Unión Soviética abortaron la intervención.
A partir de finales de 1956 aceleró el proceso de nacionalizaciones, liquidó los bienes británicos y franceses y aceptó la ayuda soviética al tiempo que impulsaba la distribución de tierras consagrada por la reforma agraria y lideraba constitución de un nuevo partido, la Unión Nacional, organización de masas que debía cimentar la nueva sociedad socialista egipcia.
Nasser estaba convencido de la impredecible unidad pueblo-gobierno para superar los grandes obstáculos que ponía el imperialismo. Al respecto expresó, tras cinco años de revolución:
Mirando hacia el futuro, nos damos perfecta cuenta de que nuestra lucha no ha terminado. En efecto no resulta fácil edificar nuestro poder en medio de los objetivos imperialistas y de los complots internacionales. No resulta fácil realizar nuestra independencia política y económica sin una lucha permanente. Tenemos ante nosotros toda una serie de luchas, si es que queremos vivir dignamente. Hoy tenemos la ocasión de sentar las bases de la dignidad y de la libertad y en el futuro nuestro objetivo será consolidar estas bases y hacerlas todavía más fuertes y más sólidas.
Panarabismo
Nasser, comprendía también que la situación de su país, era similar al del resto de los países ocupados por las potencias europeas. Como gran visionario y estadista veía en la unidad regional el mejor camino para el desarrollo. Esta filosofía lo convirtió en un panarabista. Abogaba por la unidad de los países árabes, creía necesario que fuesen una sola nación, rica y poderosa.
De la misma manera, pensaba que los países del Sur debían luchar juntos por sus reivindicaciones. De allí su activa militancia en el Movimiento de los No Alineados.
Estas luchas en Jordania, Siria, Sudán, Argelia y en todas partes de los países árabes, nosotros no podemos decir que no nos conciernen porque todos nosotros, los países árabes, estamos vinculados íntimamente unos a otros y no aceptaremos jamás que tengamos que ir tras las potencias extranjeras, que recibamos instrucciones de tal o cual potencia (...)
Dos elementos eran esenciales para Nasser en el Panarabismo: la religión y el idioma. Los usaba para expresar que los pueblos de oriente tenían vínculos fuertes. A su vez, Nasser proclama Egipto como país africano, lo cual lo conectaba con el movimiento panafricanista:
Ellos tendrán que aprender, lo quieran o no, que cualquier país donde se habla el árabe es nuestro país y nuestro país debe ser libre; musulmanes de diferentes partes del mundo son hermanos y los hermanos deben ayudarse en el dolor y la dificultad, que cada hermano africano y el prójimo es desigual y todo vecino de África tiene el derecho de rescatar a su vecino que le asegure la prosperidad, la seguridad y la libertad.
Nasser se convirtió en el gran líder árabe de la época. Su panarabismo se materializó con la creación en enero de 1958 de la República Árabe Unida resultante de la unión de Egipto y Siria, país de origen de dos precursores del socialismo árabe: Michel Aflaq y Salah Bital. Para Nasser, la nueva república, estaba llamada a ser a primera piedra de una gran nación árabe que acabase con las fronteras artificiales impuestas por la descolonización. El esfuerzo se caería ante la arremetida imperial, no obstante la Liga de Estados Árabes continúa como testimonio de lo que pudiera ser.
¡Podéis matar a Gamal! ¡El pueblo egipcio cuenta con cientos de Gamales que se alzarán y os mostrarán que más vale una revolución roja que una revolución muerta!” (Palabras de Nasser, tras el atentado de octubre de 1954).
Gamal Nasser, murió en 1970, de un repentino infarto al corazón, tenía tan solo 52 años.
Egipto rebelde
Los hijos del líder, Khaled y Hoda han visitado Venezuela para mantener viva la memoria de su padre. Khaled vino a los homenajes con motivo del natalicio de Hugo Chávez, en julio de 2014, su extraordinario parecido con su padre hizo que en un restaurante de Caracas varias personas se acercaran para fotografiarse con él, en muestra evidente de que el líder árabe sigue siendo recordado en el mundo entero.
En febrero de 2014, participamos en una reunión única en la ciudad de El Cairo. En ella estuvieron presentes los hijos de Nkrumah, Nasser –Abdely Gamal– y un primo de Gadafi. El tema central: la necesidad de una gran revolución africana y la unión de los pueblos del Sur.
La Torre de Nasser
Egipto siempre ha subyugado por sus atractivos históricos, en especial las piramides y el Nilo que tras recorrer gran parte de África Oriental, desemboca magestuosamente en el Mediterraneo.
Pero a nosotros, además de ello, nos atrajo un gigastesco edificio circular que domina el paisaje que se ve desde el último piso del moderno edificio que alberga el Ministerio de Relaciones Exteriores egipcio.
–Torre del Cairo, mide 180 metros,es la más alta del país y de África– nos comentó un funcionario. Agrego que representaba una flor de loto, simbolo del antiguo Egipto. Estabamos cenando, la torre bellamente iluminada lucía explendida –El gobierno la restauró el año pasado. Tiene 48 años. En ese momento era mayo de 2010.
Así iba a terminar la explicación, cuando uno de los funcionarios que nos acompañaba, a quien habíamos hablado que el Presidente Hugo Chávez se definía como nasserista nos dijo: Esa torre tiene una profunda historia nasserista. Representa la honestidad y la lealtad de nuestros soldados. Su verdadero nombre no es Torre del Cairo, sino Torre de Nasser. Pero se lo quitaron, como fueron quitando todo lo que recordará al líder.
El hombre, que no dejaba de mirar la torre, hablaba suave y despacio, como si sus palabras fueran dichas por la voz de algún locutor en off. Su última frase captó por completo nuestra atención y hasta la de varios egipcios que estaban sentados a la mesa. –Al Presidente Nasser intentaron asesinarlo muchas veces. En 1960, el gobierno de EEUU captó a un oficial muy cercano a Gamal Nasser para que una vez ganada su confianza lo asesinara. El oficial aceptó el encargo, por el cual recibiría 6.000.000 de dolares estadounidense. Todos estabamos sorprendidos por lo que oíamos. Nos preguntabanos como Nasser salió de aquel trance. Tal vez la inteligencia militar detectó al traidor.
El funcionario, evidentemente un apasionado del nasserismo, y viendo en el grupo de venezolanos unos interlocutores consonos, continuó su relato: Cuando todo estaba listo, el oficial fue a recoger el dinero, advirtiendo a sus contratistas que como de seguro perdería la vida después del asesinato, quería tener el dinero para dejarlo a su familia. Una vez transferida aquella fortuna se presentó ante el Presidente que notó en él una actitud inusual.
Una vez ante el gran hombre le digo “Señor Presidente, vengo a decirle que los gringos me han pagado para que le asesine”. Seguidamente mostró la prueba del dinero y se cuadró ante su jefe, quien comprendió la gran lealtad de aquel soldado de la Patria. –El Presidene Nasser decidió en ese momento, como símbolo de la lealtad y como una bofetada al gobierno estadounidense construir la torre más alta de África. Fue hecha con la mayor rapidez. El 11 de abril de 1961, fue inaugurada.
En su discurso Gamal Nasser anunció al mundo que la torre se construyó gracias al soborno que los gringos habian intentado hacer a uno de sus leales oficiales para que lo asesinara. Nuestro relatista terminó así la sensacional historia. Vimos en él la actitud de quien no está contento con lo que pasa en su país. Vimos la nostalgia viva por el gran Egipto. Era mayo de 2010.
Solo ocho meses después, en enero de 2011, millones de egipcios salieron a las calles a exigir la salida del dictador Mubarak. Luego de la caída del hombre fuerte, en elecciones resulta electo el ultra derechista Mohamed Morsy, de la hermandad musulmana. En esa oportunidad el nasserismo obtuvo más del 20 % de los votos, lo cual indica que continua vigente.
En julio de 2013, en la histórica Plaza Tahri, nuevamente millones de egipcios exigen la salida, esta vez de Morsy, quien quería darse poderes dictatoriales e imponer el islam político. La imagen de Nasser y su pensamiento vuelve a copar la escena. En ese mes y año, el día 10, el busto del Padre del Moderno Egipto fue develado por nosotros, en el centro de la Ciudad de Caracas.
Tomado de Africa Revolucionaria, 3ra. edición. Autor: Prof. Reinaldo Bolívar, Director-Fundador del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños
Observatorio de Medios del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños