Por: Mónica Mancera | @mujer_tambor
Queden estas pinceladas por todo sobre la humanidad de Argelia Laya como pequeña contribución a este homenaje, de esa mujer excepcional que merece un libro abarcador de sus virtudes, ejecutorias e ideales.
Carmen Mannarino
Recientemente se cumplieron 94 años del natalicio de Argelia Laya. El 10 de julio, para ser más exacta. La maestra Argelia es parte de nuestra historia que ha sido vindicada año tras años, gracias a una vida dedicada a las luchas de las mujeres venezolanas; junto a las feministas y las militantes políticas del siglo XX.
Gracias a la maestra Argelia Laya y a su herencia de incansable trabajo por nosotras se han creado, en la cuarta y quinta repúblicas, instituciones, leyes y políticas públicas hacia la mujer. En virtud de ello, su nombre figura hasta en la Universidad Politécnica Territorial de Barlovento Argelia Laya (2009). Se trata de la primera casa de estudios superiores de Barlovento; región en la que nació y desde donde se expandió Argelia hasta ser parte de nuestra herencia venezolana.
En honor a su legado y para sumar a todos los gestos de amor que se mostraron para celebrar su llegada al mundo, por parte de quienes la conocieron y vivieron junto a ella las luchas por un mundo mejor; desde la Caracas afrourbe, quisiera compartirles cómo conocí de esta mujer de la que tanto se ha hablado.
Conocí a Argelia Laya por su escritura en el año 2014. Tuve el honor de ser convocada por el equipo del MinMujer liderado por Rebeca Madriz Franco, en aquella época viceministra de Igualdad de Género y No Discriminación, para realizar la coedición, desde una visión feminista, del legado escrito de esta insigne afrovenezolana. Junto a la profesora Alba Carosio y su equipo del Centro de Estudios de la Mujer (CEM) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) asumimos la tarea; luego de que en 2011 los hijos de Argelia Laya autorizaran la reedición de la obra.
La maestra Argelia publicó en el mes de mayo de 1979 su libro Nuestra Causa. Allí compendia escritos, discursos e intervenciones en las que describe la condición específica de la mujer venezolana, con cifras y datos que muestran la desigualdad y opresión; manifiesta la discriminación en la participación política de las mujeres y la necesidad entonces de nuestra participación para la transformación; analiza los medios de comunicación y la cosificación sexista imperante; visibiliza los aportes culturales de las mujeres negras. Estos son esbozos de cómo Argelia Laya usó la palabra como arma de lucha, de lucha y comunicación feminista, con sencillez en su lenguaje para todas y todos.
En esta reedición de la obra, junto a la maestra Alba Carosio, CEM-UCV, y MinMujer, realizamos un homenaje a Argelia Laya desde la visibilidad de su voz, la permanencia en el tiempo de su ejemplo para el empoderamiento de las mujeres venezolanas.
Es hacer el homenaje a Argelia desde su voz y desde la belleza que dibujara su humanidad, su vida. Se incorporaron: un texto de la feminista histórica Giovanna Mérola; caricaturas de Waika la respondona, creación de la maestra María Centeno; la biografía realizada por la escritora e investigadora Carmen Mannarino, amiga y compañera de luchas de Argelia y miembro de número de la Academia de la Lengua. Y todo acompañado de fotografías cedidas por amigas y militantes de la causa por nosotras.
Bautizamos el libro Nuestra Causa el 10 de julio de 2014. Con un performance del poema Me gritaron negra, de Victoria Eugenia Santa Cruz, por la militante Olfa Francis; acompañada por el tamborero y director del Grupo Herencia Manuel Moreno y su servidora; seguido de un solo tamborero por parte de Manuel Moreno, como sello ancestral de aquel homenaje.
Al conocerla en 2014 ya yo era feminista y fue un gran honor aproximarme de esa manera; aunque pese a no tener como parte de mi cotidianidad, hasta ese entonces, sus hazañas, aportes y su inquebrantable energía que se quedó vibrando en cada una de nosotras. Es una tarea pendiente ir más allá de los aniversarios y conmemoraciones. La herencia se vive, los legados se dan voz a sí mismos y nuestro aporte es trascendental; siempre es necesario recordar, siempre tener presente. De allí la importancia de que este legado sea aquí y ahora, más como la propia Argelia lo dice: estoy satisfecha con lo que soy, de ser y hacer lo que hago.
Ven y se parte de su herencia. Su causa es Nuestra Causa