Alrededor del mundo, las personas se reúnen con amigos y familia para celebrar la Navidad. Intercambian regalos, se invitan entre ellos a sus casas para fiestas, almuerzos o cenas, que representan la marca registrada del mensaje de paz y buena voluntad de la Navidad. En el Caribe, este mensaje no es diferente, y tanto como que vivan en la zona o en el extranjero, los caribeños encuentran el modo de añadir su toque especial a las festividades. Hablando con los bloggers caribeños Francis Wade, Geoffrey Philp, Afrobella, Abeni, Bajegirl, y TriniGourmet, tengo la impresión que las festividades entre las diferentes nacionalidades comparten rasgos comunes, pero también tienen celebraciones únicas.
Por ejemplo, en San Vincente y las Granadinas, tienen el Festival de las Nueve Mañanas. Abeni explica:
Durante nueve días antes de Navidad (excluyendo domingos), nos levantamos muy temprano en la mañana y participamos en servicios religiosos, fiestas, vamos a la playa o hacia Kingstown donde hay competencias organizadas de canto, recitales y otras divertidas competiciones. Hay también competencia de villancicos auspiciado por la National Broadcasting Corporation que atrae a miles. El formato es que cantas una canción tradicional y después haces tu propia creación basada en cualquier tema popular. También hay bandas de cuerdas tocando música en las calles, bandas de la policía tocando música en las comunidades alrededor de la isla, cantos comunales y el encendido del árbol de Navidad. Sin embargo, las serenatas están muriendo.
Generalmente, la música juega un rol enorme en hacer la Navidad, bueno, en Navidad. A través de la región, se puede escuchar villancicos tradicionales, muchos de los cuales se originan en Estados Unidos. Sin embargo, en Jamaica, los villancicos se cantan en ritmo de reggae.
En Trinidad y Tobago, la música navideña disfraza la herencia española del país con Parang, música indígena con ritmos latinos y que se canta en castellano, y llena las ondas radiales. El soca parang es también otro derivado del género parang, con un amplio repertorio musical existente.
“En Trinidad, la Navidad es la época en que la influencia cultural española realmente pasa a primer lugar,” dice Trinigourmet:
A través de las melodías tradicionales (parang) o comidas (pastelles), muchas de las influencias españolas contribuyen a hacer única la Navidad Trini, especialmente entre las islas del Caribe de habla inglesa.
La cocina, en esta época del año, se prepara para una gran fiesta. Una cena típicamente vicentina tendrá acedera, cerveza de jengibre, jamón, vainitas (si puede pagar su precio), pollo al horno, cordero (al curry o guisado), carne de res, pasteles, ensaladas y torta negra (un brebaje rico, frutado y alcohólico). La acedera es una bebida básica de Navidad a lo largo de todo el Caribe. Y según Abeni, “la Navidad no es Navidad sin una botella de vino negro hecho en la región”
Otros países tienen grandes fiestas similares, pero cada uno tiene su propia especialidad. En Barbados, escuchará sobre jug-jug (un plato hecho de jamón, harina de sorgo y vainitas). En Tinidad, pastelles y ponche de crème.
Como se espera, la Navidad es una época de emoción, en donde aumentan los eventos sociales y las fiestas. “En Jamaica, la gente dice que es nuestro carnaval,” dice Francis Wade:
Tenemos también unas cuantas tradiciones, como el mercado matutino de Navidad, y Jonkonnu (casi como Ole Mas). El espíritu de Navidad comienza a formarse desde finales de octubre entrando en noviembre. Los turistas de regiones más templadas adoran el Caribe como una alternativa cálida a la temporada invernal, pero podrán oír a algunos lugareños decir que hace “fresco” o “frío”. Ese “fresco” es señal segura que la Navidad está cerca. La brisa de Navidad empieza con un viento fresco del Norte…
Abeni concuerda, y describe las noches como “más frescas”, con días más largos. Bajegirl advierte “una brisa especial que sopla en esta parte del año, pero con seguridad que las noches son mucho más frías”.
En San Vicente y las Granadinas, Abeni comparte los signos que delatan que la Navidad está cerca:
Empiezan a llegar barriles de Norte América, la gente empieza a hablar de sus planes para volar a Trinidad a la caza de ofertas, las noches se enfrían y los días se alargan, los villancicos suenan por la radio, las tiendas empiezan a atraernos con ofertas, los bancos y otras instituciones financieras promocionan préstamos navideños, las bandas empiezan a tocar su música en las calles de Kingstown, y el sitio se pone más ocupado. Es un tiempo alegre para la mayoría. Se nota el sentido de comunidad en personas que todavía se toman el tiempo de pasar un rato con los vecinos. Últimamente, hemos estado iluminando muchísimo nuestras casas – tanto que hay competencias por la casa mejor iluminada.
En Barbados, la Navidad es una época para la familia, dice Bajegirl:
Los principales centros de la ciudad están todos iluminados y la gente da vueltas en sus carros para admirar las decoraciones. Es también una época para comidas y fiestas, con platos populares como jug-jug, pastel de camote y jamón en todos los menús. Las compras nocturnas en Bridgetown comienzan y por todas partes las personas pintan y limpian sus casas. La cosa es que tratamos de ser patrióticos y esperamos hasta el 1° de diciembre, pues nuestro Día de la Independencia es el 30 de noviembre, pero las tiendas ponen sus decoraciones de Navidad a mediados de noviembre, y los villancicos comienzan a oírse por esa época también, así que nunca consigues emperifollar tu casa lo suficientemente temprano.
El jamaicano Francis Wade dice que una pieza clave de una Navidad caribeña es que los miembros de la diáspora “regresen para visitar y estar unos días, así que la escena social es bastante activa”. Luego de vivir él mismo en el extranjero por casi veinte años, siente que en Estados Unidos hay menos conexión entre personas que no son familia, y que el asepecto social de las festividades de Navidad es pequeño comparado con el caribeño.
Como en cualquier parte, la Navidad es un periodo que genera grandes ganancias para los negocios. Los caribeños son conocidos por su gusto por las compras, lo que es visto por algunos como un efecto de la americanización de las celebraciones navideñas del Caribe. Sin embargo, Abeni siente que “todavia hemos conservado la calidez y la buena voluntad en su mayor parte”, pero Trinigourmet destaca que, además de las canciones tradicionales de origen norteamericano, hay Santa Claus y decoraciones con “temática de nieve”, que “definitivamente no son indígenas en su origen”.
Bloggers nacidos en el Caribe (como Geoffrey Philp) aprenden a integrar la cultura de su hogar de adopción con el de su patria:
Cuando recién llegué a Estados Unidos, no pude involucrarme con el espíritu de la Navidad y no sabía por qué. No era que no hubiera torta de ron ni acedera ni ninguno de los platos tradicionales jamaicanos; era la música. La sensación continuó por unos cuantos años más, hasta que un año nuestra iglesia incorporó la canción “La Virgen María tuvo un bebé varón”, y eso funcionó para mí. Finalmente se sintió como Navidad.
Los sentimientos de Navidad en casa son muy diferentes a las Navidades que pasé en Jamaica. Para mí, el hogar se ha convertido en una metáfora de las relaciones importantes de mi vida. Así que no importa dónde esté. En tanto esté rodeado por mi esposa, hijos y demás familiares, soy un hombre feliz. Dicho esto, confesaré que siempre extrañaré las colinas que rodean Mona Heights donde crecí y los aspectos psíquicos de estar en Kingston cuando la fresca brisa navideña venía revolcándose por las colinas.
Según Afrobella – de Trinidad y Tobago que vive en Miami – la Navidad en el extranjero no es tan festiva:
Crecí en una familia grande, así que cuando llegaban las fiestas, parecía como si el aire estuviera lleno de música parang y quien no estuviera ayudando a pintar la casa o a poner el árbol de Navidad tenía que ayudar a hacer pastelles, ponche de crème o acedera. Ahora vivo fuera con mi esposo norteamericano, y estamos aprendiendo a mezclar nuestras tradiciones. A mi esposo parece gustarle el tradicional parang, como Daisy Voisin, pero los norteamericanos no entienden los subtítulos de “Bring Drinks” de Sprangalang, por ejemplo. Disfruto mis Navidades fuera un montón también, ¡pero definitivamente sigo creyendo que la Navidad Trini es la mejor!
Sus compañeros bloggers caribeños pueden o no estar de acuerdo, pero de cualquier manera, la Navidad en el Caribe definitivamente es especial.