Las cuatro monedas
Las cuatro monedas, fenómeno musical venezolano
Quién le dio a los niños alegría, quién le dio a las aves melodía, quién le dio a las noches poesía. Lo hizo Dios. Tan solo Dios nos enseñó lo que es amar, lo que es nacer, lo que es llorar, lo que es vivir y perdonar… es parte de la letra de aquella legendaria pieza (muy famosa y controversialmente olvidada, casi desconocida por parte de las nuevas generaciones), con la cual aquel mítico grupo musical venezolano, bajo la exitosa conducción y producción del padre de “Moliendo Café”,
Hugo Blanco, ganó El Festival de La Canción en Barcelona, España, en 1969: “Las Cuatro Monedas”. Una suerte de los Jackson’s Five criollos, “Las Cuatro
Monedas”, en acción incluso antes que los famosos estadounidenses, arrancaron con su exitosa carrera en 1963 con el originalísimo nombre de los Hermanos O’Brien hasta que cinco años más tarde deciden llamarse The Four Coins, nombre que luego pasó literalmente al español, y que se hizo marca musical y comercial porque representaron un verdadero “palo” en el mercado del espectáculo mundial y para la industria del
disco (hit parade). Los hijos del pianista de la Billos, Eucario Ainsley “Pat” O’Brien, se convirtieron en los magníficos intérpretes de la fusión entre el ska y el reggae que planificó Hugo Blanco luego de sus andanzas experimentales por varias islas caribeñas, donde fue adquiriendo experiencia y calidad para componer y arreglar lo que fue magistralmente llevado al disco (y en vivo) por Marlene, Gary, Kenny y Brenda, quienes debutaron en el acetato con su producción “Las Cuatro Monedas a Go Go”. Más tarde se les unió el menor, Gregory. No en vano, su padre Pat, les inyectó su follaje musical que desde niño corrió por sus venas, ya que, a su vez, su progenitor, el guyanés Joseph O’Brien, le inculcó el cultivo de la música clásica y la ejecución del piano que estudió desde muy temprana edad y ya en plena adolescencia, trabajando para “Ecos del Torbes”, conoce al excepcional violinista trinitario Timothy, con quien incursiona en el jazz, donde se desarrolla de tal forma, que los críticos aseguran que si hubiese nacido en New Orleans hubiese ingresado directo al Hall de la Fama del Jazz. Su calidad lo trae del Zulia a Caracas y por eso “Las Cuatro Monedas” son caraqueñísimas. Con ese respaldo y con la astucia, los contactos y
la calidad de Hugo Blanco, “Las Cuatro Monedas” se vuelven los embajadores musicales de Venezuela en ese novedoso estilo de ritmos jamaiquinos con
arreglos criollos y adaptados a gustos de otros países hispanoparlantes.