Ilustración: Jorge Cruz
Colección "Rostros Revolucionarios" del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños
Los Ashanti
Voy a contarles sobre la etnia que hizo temblar a los imperialistas europeos en África, los Ashanti (o asantes). Su principal fortaleza es su organización; la familia materna es la unidad política básica entre los Ashanti; son una sociedad matrilineal (cada grupo Ashanti tiene un mismo ancestro femenino). En cada grupo hay un líder o lidereza; los líderes o cabezas de cada grupo se unen para formar un consejo, que es el cuerpo gobernante de cada pueblo y que toma las decisiones por consenso.
Los Ashanti eran guerreros que vivían en armonía con la tierra, con la naturaleza. Expertos militares, se dividían en pequeñas patrullas con un responsable o líder. En ellos se inspiró el militar - colonizador inglés Baden-Powell para fundar la ahora conocida Asociación de los Scout. Así es, el fundador de los niños exploradores fue un colonizador, a quien enviaron a combatir la rebelión de los nobles guerreros de Ghana (los Ashanti viven en Ghana).
Los ingleses, además de saquear y matar al pueblo Ashanti, robaron sus ideas organizativas. Los Scout visten uniformes militares, legado del invasor Baden-Powell, quien era el encargado de abrir camino a las tropas británicas que asaltarían al pueblo Ashanti. La confederación de los Ashanti se extendía por toda la Costa de Oro, actual Ghana.
Creyentes en las fuerzas de la naturaleza, su gran símbolo era el mítico Taburete Dorado, toda una leyenda, al punto que los avaros británicos, después de la primera derrota Ashanti en 1874, exigieron a los vencidos, además de 50.000 onzas de oro, que les trajeran el sagrado taburete para que el gobernador inglés se sentara en él, a lo que se negaron los Ashanti. Era el irrespeto imperial contra los pueblos, su religión y sus tradiciones. Ese año, ya el imperio había infligido una humillación al pueblo Ashanti al secuestrarle a su máximo líder.
Yaa Asantewa
Mujer Ashanti, Reina Madre Yaa Asantewa, una mujer que haría historia, nació en Ejisu en 1850. Ella vio cómo, en 1896, los británicos volvían a humillar a los líderes de su pueblo, obligándoles a poner la cara en tierra en señal de sumisión. Ella lloró de ira cuando expulsaron a las lejanas islas Seychelles a los jefes Ashanti. Escuchó a los invasores dar un ultimátum a su pueblo para que les llevaran el sagrado Taburete Dorado para que el gobernador se sentara, algo que nadie, ni siquiera el jefe indígena, podía hacer.
Además de ello, la reina de Gran Bretaña se había negado a recibir una comisión Ashanti que buscaba negociar la paz. En lugar de ello, exigió el pago de 50.000 onzas de oro por gastos de guerra. Cuando los jefes fueron expulsados, el título de Reina Madre de los Ashanti recayó sobre Yaa Asantewa. Entonces, ella decidió que había que acabar con las humillaciones, que el bravo pueblo Ashanti debía resurgir en todo su esplendor. Por ello, convocó a los jefes y les increpó:
Si ustedes, los hombres Ashanti, no salen adelante, entonces nosotras las mujeres lo haremos. Nosotras lucharemos contra los blancos hasta que la última de nosotras caiga en los campos de batalla.
Era un grito de guerra, de rebelión. El 28 de marzo de 1900, Yaa Asantewa movilizó las tropas Ashanti e inició una feroz guerra de independencia contra Gran Bretaña. Durante tres meses sitió la Misión británica. El coraje y la fuerza que la pequeña mujer imprimía a un ejército popular de unos 50.000 Ashanti fue tal que los británicos se replegaron, para luego huir en busca de refuerzos. Asantewa misma empuñaba la espada contra el enemigo. Hacía recordar los viejos años de resistencia (1760) antes de la caída del Reino de los Ashanti, en 1844. Fueron seis meses de férrea guerra. Sólo el poder de la pólvora de 1400 ametralladoras Maxim acabó con la titánica resistencia de flechas, lanzas, piedras, manos, bravura y oraciones.
Los británicos, acabada la rebelión, decidieron, tal como lo habían hecho en 1896, capturar y desaparecer a los cabecillas de la insurrección. El primer objetivo era la Reina Madre; contra ella y sus edecanes realizaron una feroz persecución, hasta capturarla en las profundidades de la selva, en donde los bravos guerreros y su jefa se batieron hasta ser rodeados por las fuerzas inglesas y sus ametralladoras, el 30 de septiembre de 1900. Se debatieron entre fusilarla y desterrarla. Al final, por miedo a protestas suicidas y nuevos levantamientos, deciden enviarla al exilio con su hijo. Yaa Asantewa fue desterrada y enviada a las Islas Seychelles, en el Océano Índico, en la costa este de África. El resto de los jefes y jefas capturados fueron hechos prisioneros.
En 1921, Yaa Asantewa, la Ashanti mayor, murió en el destierro, añorando su pueblo, confiada a sus ancestros.
El legado de la madre Asantewa
Ghana, guiada por Kwame Nkrumah, se convirtió en 1957 en la primera república independiente del África Subsahariana. El pueblo ghanés nunca ha olvidado a su madre Yaa Asantewa, una mujer coraje que no dudó en enfrentar a los que oprimían a sus queridos Ashanti.
Ella es un símbolo de la mujer africana aguerrida, luchadora y guía:
En África “el lugar” de la mujer estaba no sólo con su familia; ella gobernó a menudo naciones con autoridad indiscutible. Muchas mujeres africanas eran grandes militares y en ocasiones condujeron a sus ejércitos en batalla. (Juan Henrik Clarke, historiador)
Los bravos Ashanti, son aún muchos, constituyen actualmente el 44% de la población ghanesa. Ésta es la historia que quería contarles sobre ellos y su reina madre, Asantewa, y sobre cómo juntos hicieron temblar a los demonios británicos.