Por: Atahuanadi Sánchez Molina*
Catalogar el aborto como hecho social, necesariamente obliga a partir de la necesidad de ubicar esa práctica en tiempo y espacio, lo cual posiblemente contribuya a comprenderla fuera del enfoque religioso, patriarcal, capitalista y eurocéntrico, para centrarlo en cada realidad sin obviar la lucha por la emancipación de los pueblos y de la mujer en particular, la lucha de clases, la libertad y el ejercicio de los derechos a la soberanía en diversos ámbitos. Este enfoque, surgido a raíz de percibir la cantidad de elementos intervinientes que rodean el tema del aborto, los cuales deben ser decodificados para obtener una perspectiva en conjunto que posibilite un análisis más humano y en especial, que permita comprender que no es un hecho aislado y que por el contrario, puede ser un detonante para cambios determinantes en la sociedad actual.
Basado en lo anterior, hemos contextualizado el aborto con el propósito de mostrarlo como un hecho social, para ir más allá de la denuncia, de sus lamentables consecuencias ocasionadas por la clandestinidad y la penalización o del enfoque exclusivamente legal. En este sentido, desarrollaremos algunos elementos que generalmente no son considerados a la hora de abordar este tema y que creemos son claves para comprender que la lucha por la despenalización del aborto es un tema político, dado que tiene que ver con relaciones de poder.