Se pueden adquirir conocimientos y conciencia a lo largo de toda la vida,
pero jamás en ninguna otra época de su existencia
una persona volverá a tener la pureza y el desinterés
con que, siendo joven,
se enfrenta a la vida.
Aquiles fue también un militante de la vanguardia ideológica en la lucha por alcanzar una sociedad distinta. Dio, aquí y allá, recibió, y duro en el rostro. Nunca se amilanó. ¡Ay!, decía, de quien arría
bandera.
Tuvo particular fervor por el pueblo de Cuba y su vanguardia, a lo largo de su historia, en el enfrentamiento al colonialismo y al imperialismo. Delinea las dimensiones justas del Apóstol: “... pocos
socialistas antes de Lenin habían sido tan precisos como Martí ni tan explícitos en la tipificación del imperialismo, ni tan enérgicos en su denuncia”, dijo y escribió Aquiles en julio de 1961. Cita a Martí
y agrega:
Compara uno la vehemencia de esas expresiones, su fuerza viril,
su fervor antiimperialista con cualesquiera de las que hoy oímos
a diario en la palabra de Fidel Castro, y hay motivo para preguntarse
si no será Fidel Castro el Martí de su siglo, o si no sería Martí
el Fidel Castro de su tiempo.
Aquiles fue un consecuente militante de la Revolución Cubana.
Cuba, de Martí a Fidel Castro, es un hermoso y limpio testimonio.
Edmundo Aray. Julio de 1966
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